El PP y CiU no solo dan por seguras las dos visitas del presidente catalán, José Montilla, a la Moncloa para desencallar la reforma del sistema de financiación, sino que han levantado la sospecha de que, en esos encuentros, se cocinó el que será el futuro modelo financiero catalán. Para el PP, ello supone la cesión de nuevas contrapartidas a Cataluña. Para CiU, es el principio del fin del frente común de las fuerzas catalanas.

La primera reunión fue el día 4 de septiembre, entre Montilla y el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. La segunda, el 12, entre el president y la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega. La Generalitat ha negado que esas reuniones se produjeran. Ayer, De la Vega no aclaró si se reunió o no con Montilla.

El PP se preguntó en voz alta cuáles son los motivos que impiden a ambos gobiernos confirmar públicamente las últimas visitas a Madrid del president. Y se respondió: si hay "clandestinidad" es porque los socialistas tienen algo que ocultar que, según auguró la portavoz popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, podría plasmarse en los próximos presupuestos.

La dirigente del PP instó a los implicados a aclarar si en esas reuniones se ha tomado alguna decisión que garantice más contrapartidas a Cataluña de las previstas en las cuentas públicas. "Los presupuestos no pueden servir para solucionar los problemas internos del PSOE", dijo.

DESCONFIANZA DE CiU Por su parte, a CiU, que ya desconfiaba del compromiso del PSC con la unidad catalana, las reuniones secretas de Montilla en la Moncloa le han acabado de convencer de que la estrategia de los socialistas catalanes hace cada día más frágil la unidad de las fuerzas catalanas. El líder de CiU, Artur Mas, acusó al PSC de estar intentando "desinflar" el frente de Govern y oposición a través de un "entendimiento directo" con el PSOE. "O hay frente común o no lo hay", remarcó el líder nacionalista, para quien el PSC demuestra que "va a su aire" y "pasa olímpicamente" de la unidad catalana.