La crisis que arrastra Cristina Cifuentes dista mucho de estar resuelta, por más que la presidenta madrileña trate de dar por zanjado el asunto y la dirección de su partido quiera dar apariencia de asunto finiquitado. Tanto Cifuentes como los miembros de la dirección popular, con Mariano Rajoy a la cabeza, son conscientes que el pleno monográfico de la Asamblea de Madrid en torno al polémico máster ha servido para ganar algo de tiempo, pero nada más. De entrada, los socialistas han anunciado una moción de censura, aunque que prospere o no dependerá de Ciudadanos, a priori poco proclive a apoyarla.

Los naranjas, socios en la Comunidad de Madrid del PP, no quieren un Gobierno del PSOE a las puertas de unas autonómicas. Pero tampoco será fácil para los de Albert Rivera aguantar la presión (prefieren una comisión de investigación que lleve el asunto hasta el verano) en un contexto de pugna demoscópica en el centroderecha, especialmente si aparecen nuevos datos comprometedores sobre el máster. No es descartable: hasta la propia Universidad Rey Juan Carlos tiene una investigación interna en marcha.

Así las cosas, el equipo de Rajoy queda preso de Cifuentes hasta nueva orden y, si no hay novedad, la arrastrará a su convención nacional, ese cónclave que celebrará el fin de semana en Sevilla y que estaba diseñado para relanzar un partido algo deprimido tras la crisis en Catalunya y sus consecuencias electorales.

LIDERAZGO CUESTIONADO / El objetivo era colocar el foco en la agenda popular y en su líder, Rajoy, cuyo liderazgo se sigue poniendo en cuestión por más que se empeña en difundir que él quiere seguir. Pero el cierre en falso de la crisis en Madrid conllevará sin duda que los problemas de la presidenta madrileña se cuelen y ocupen un lugar destacado en esa convención. Salvo que algo inesperado le lleve finalmente a no acudir, pese a que el sábado está previsto que participe en un coloquio entre presidentes autonómicos.

La dirección popular lleva días marcando distancias con la presidenta regional, aunque, públicamente, de Rajoy para abajo todos hablan de confianza y apoyo.

PUNTO FINAL / Ayer por la mañana el PP se remitía a las explicaciones que la presidenta pudiera dar en la Asamblea unas horas después, y subrayaba, eso sí, que deseaba que el tema terminase de una vez. Así lo dijo el coordinador de los populares, Fernando Martínez-Maillo, durante una sesión informativa para presentar el cónclave. Algunos de sus compañeros, sin micrófono, reconocían que Cifuentes estaba en una situación «crítica».

Después llegó el discurso de Cifuentes. Vino a decir que sí había cursado el máster, que efectivamente se matriculó fuera de plazo y que no hizo exámenes ni fue a clase pese a ser de carácter presencial, pero que eso es problema de la universidad. Y que si hay firmas falsificadas en el acta que le remitió el rectorado como prueba de que había hecho el curso de postgrado es un problema de la institución educativa, no de ella. A los pocos minutos, desde la madrileña calle Génova se envió un comunicado a la prensa aseverando que Cifuentes había estado «contundente» y que había dado «suficientes» explicaciones. Querían cerrar capítulo. Pero no será posible.