Sea quien sea el dirigente popular que salga a la palestra en estos días de verano, el tema estrella de su intervención será el supuesto espionaje y la hipotética persecución que dicen sufrir los cargos de su partido. Y resultará inútil exigir pruebas para poder confirmar tan grave denuncia, ya que los conservadores dan por hecho que no son necesarias para que la opinión pública crea en su palabra. O sea, que para el equipo de Mariano Rajoy es cuestión de fe --que no de explicaciones y argumentos-- que los ciudadanos asuman que el Gobierno socialista ha puesto en marcha un proceso "inquisitorial" contra el PP.

Eso es al menos lo que se deduce de las declaraciones que ayer hizo, ante la prensa, la vicesecretaria de los populares, Ana Mato, que, sin moverse un milímetro del argumentario oficial de su organización, habló de "cruzadas", "filtraciones" y "pinchazos" telefónicos, esquivando responder a las preguntas más incómodas y mostrándose segura de que su tesis es ampliamente compartida.

ZAPATERO, RESPONSABLE

"Todo el mundo en España sabe que hay una persecución contra el PP", proclamó, añadiendo que el responsable de la misma no es otro que el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que, a juicio del PP, estaría buscando "tapar la falta de confianza y pérdida de credibilidad" que sufre su Gabinete a raíz de la crisis económica.

Por más que lo intentaron los periodistas, no hubo manera de que Mato abandonara el confuso mensaje oficial: subrayó de forma machacona que hay una persecución contra los populares; que es el Ejecutivo el que tiene que explicarse y es la Fiscalía General del Estado quien debería abrir una investigación sobre las filtraciones del caso Gürtel, ya que "los ciudadanos no se merecen un Gobierno que se dedica a perseguir a la oposición".

¿Y el PP? ¿Y las pruebas sobre las escuchas telefónicas? ¿Y el listado de cargos espiados? Según la dirigente popular, no es el momento de dar nombres ni de exhibir pruebas. Es más, aseveró que su teoría ha calado en la sociedad a base de golpe declarativo y gracias a la denuncia que, el pasado 25 de julio, ya presentaron en un juzgado de Madrid por un supuesto delito continuado de revelación de secretos e interceptación ilegal de las comunicaciones. Y si en dicha denuncia no se incluían nombres de dirigentes conservadores espiados y mucho menos pruebas es porque, según Mato, su carácter es "genérico" y constituye solo el primer paso de la estrategia que quiere plantear su partido en los tribunales, sin excluir el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

CUENTAS CLARAS "SIN FILESA"

A lo largo de la rueda de prensa, se le preguntó a la vicesecretaria de los populares por qué su partido aceptó trabajos de la trama corrupta Gürtel sin factura, tal y como publicó ayer el diario El País. Ella evitó la respuesta directa y se limitó a responder que "las cuentas y la financiación del PP son absolutamente claras y transparentes" porque, a diferencia del PSOE, en su partido no se ha dado un caso Filesa. Vano resultó el intento de que entrase en el fondo del asunto o detallase el modo en que su partido factura a terceros.