El PP ha culminado este viernes su viraje en torno a la huelga feminista, al comprobar que miles y miles de personas llenaron el 8-M las calles para decir "basta ya" a la discriminación que sufren las mujeres en muchos ámbitos. Si el 21 de febrero los conservadores rechazaron el paro con la tesis de que era una acción "elitista, insolidaria e irresponsable", según un argumentario interno que replicaron varios cargos populares, a medida que se acercaba el Día de la Mujer Trabajadora la dirección del PP y el Gobierno fueron suavizando su rechazo, hasta el punto de que día señalado Mariano Rajoy lució un lazo morado y se comprometió a seguir trabajando por la igualdad "sin regatear ni un solo esfuerzo".

Si bien, los conservadores continuaron el 8-M con su agenda y participaron en un congreso del PP europeo en el que se hablaron de muchas otras cosas, además de disertar sobre igualdad en una jornada histórica en España. Este viernes la primera reacción tras las multitudinarias manifestaciones vino de la mano de Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas, quien reconoció el "gran triunfo" de la jornada de paros y marchas y aseguró que su formación política "hace suyas" las reivindicaciones expresadas por las mujeres - y también por muchos hombres- porque "son de justicia".

Aunque los populares llevan días presumiendo de que en "materia de igualdad el PP es sinónimo de hechos y buena gestión", Levy reconoció que "aún queda camino por hacer" y que hay que "seguir trabajando". Eso sí, según su visión, Rajoy está perfectamente capacitado para "ponerse a la delantera" a la hora de "combatir aspectos de la vida laboral y personal de las mujeres" donde el PP reconoce que "aún hay desigualdades".

Levy insistió además en que el 8-M no fue ni "partidista" ni una cuestión de "ideologías". En su opinión, la igualdad "debe ser una lucha general" que se hace más grande si implica al "cien por cien" del país.

La reacción de Cs

Ciudadanos es el otro partido al que ha pillado a contrapié el masivo apoyo a la acción feminista. La fuerza naranja se negó a secundar una huelga porque, según su versión, el manifiesto defendía el anticapitalismo. Aún así, algunos de sus dirigentes sí acudieron a las manifestaciones. Entre ellas la portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, quien fue abucheada.

Este viernes la alcaldesa, Manuela Carmena, ha lamentado el boicot por parte de algunos manifestantes. "Me parece fatal, lo lamento muchísimo porque no hay cosa que más me desagrade que no seamos capaces de aceptar a los que piensan diferente", ha señalado.

PSOE y Podemos

Desde el partido morado, Irene Montero ha advertido de que la revolución feminista es "imposible de parar", y en clave partidista ha recordado que su formación "está ahí para legislar" sus demandas. Asimismo ha subrayado que otros partidos, en referencia al centro derecha, "trabajaron muchas semanas para desprestigiar el movimiento" y ahora se han dado cuenta de que "tenía razón".

Por su parte, Carmen Calvo, del PSOE, también se ha felicitado del éxito de la jornada y ha recordado que su fuerza, que solo apoyó los paros de dos horas, mientras Podemos se sumó al de 24 horas, se preocupó de registrar el día antes de las protestas una ley que "garantiza la igualdad de trato" a las mujeres en todos los ámbitos. La dirigente socialista reconoció que es una normativa "difícil de hacer" y "compleja", porque reforma siete leyes, pero necesaria como "punto de arranque".