Tras acaparar el Parlament todo el protagonismo durante dos días y media noche, los focos apuntan ahora al papel que jugarán los ayuntamientos en la organización del referéndum unilateral. Los alcaldes se ven sometidos a una presión en toda la cancha. Por un lado, el Gobierno central y el Tribunal Constitucional (TC) les han dejado bien claro en diversas comunicaciones que cometerán una ilegalidad si colaboran con el 1-O. Por el otro, el Ejecutivo de JxSí les envió una carta en que les daba 48 horas de plazo para confirmar si están dispuestos a ceder espacios municipales. Con un añadido: el presidente Carles Puigdemont les echó a la afición vecinal encima al animar a la gente a pedir explicaciones a todos aquellos regidores que no respalden el referéndum. Un pressing total que se ha encontrado con la pronta repulsa del presidente Mariano Rajoy y del líder socialista, Pedro Sánchez.

A lo largo del viernes, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) fue ampliando la lista de alcaldes que se habían comprometido con el referéndum hasta superar los 650 de un total de 948. Los de grandes ciudades como Gerona, Badalona, Sabadell y Sant Cugat del Vallés se ponían al lado de la causa soberanista, pero esta empezó a toparse con un punto flaco: Hospitalet de Llobregat, Tarrasa, Santa Coloma de Gramanet, Gavá, Mataró, Lérida, Tarragona..., es decir, la mayoría de las ciudades más habitadas daban la espalda al 1-O. Solo faltaba por saber qué haría el buque insignia, la capital, Barcelona, y la decisión de la alcaldesa Ada Colau de congelar cualquier preparativo tras la suspensión del TC a falta de que el Govern les ofrezca plenas garantías encendió los ánimos del flanco independentista.

Poco después de conocerse la decisión del consistorio barcelones, decenas de personas se manifestaban ante el consistorio para exigirle a la alcaldesa que se alinee con la hoja de ruta de Puigdemont. También hubo protestas en Lérida, Mataró... y fue más o menos entonces cuando el presidente de la Generalitat, en un acto organizado por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), pidió a la ciudadanía que, «mirándoles a los ojos», pregunten a los dirigentes que se oponen al 1-O si les «dejarán votar».

Ayer por la mañana, el mandatario nacionalista cambió de tercio y, durante el Consejo Nacional del PDECat, reclamó que los catalanes respondan al Estado con una Diada «que desborde cívica, pacífica y democráticamente, que él, por su parte, hará «todo lo que haga falta» para cumplir con la celebración del referéndum unilateral; una consulta a la que ha dado pleno vigor pese a la suspensión del TC.

Nada dijo el presidente catalán en referencia a los alcaldes, pero las redes sociales continuaron ardiendo desde el bloque independentista contra los ediles que no cederán espacios públicos. Trending topic por momentos: #fraucolau. El líder del PSC, Miquel Iceta, fue uno de los primeros en alertar de que mensajes como el de Puigdemont, de que ese pedir explicaciones «mirándoles a los ojos», eran «irresponsables» y «temerarios».