Puigdemont también se siente juzgado, aunque quien se sienta este lunes en el banco de los acusados sea Mas, Ortega y Rigau. “Hoy muchos nos sentimos juzgados”, ha aseverado en relación a la consulta del 9 de noviembre de 2014, justo antes de formar parte de la comitiva que ha acompañado a los tres acusados des del Palau de la Generalitat hasta el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

En una breve declaración institucional, realizada justo una hora antes del juicio, el ‘president’ de la Generalitat ha asegurado que los tres acusados “defenderán su dignidad no arrodillados sino de pie” y ha insistido en que “son juzgados por una causa que nunca debió llegar a los tribunales”.

Desde la Galería Gótica del Palau de la Generalitat, Puigdemont no ha escatimado críticas al Estado, a quien ha acusado de “judicializar” asuntos políticos y de “cometer todo tipo de abusos para perseguir ideas”. Frente a esto, ha advertido que “encontraran la respuesta de un pueblo que, con todas sus diferencias, matices y diversidades, vela por su dignidad”. En alusión implícita al PP, ha dicho que "encontrarán la misma respuesta" que después de la campaña de recogida de firmas contra el Estatut, unas iniciativas que han sido “a menudo convertidas en firmas contra Cataluña”.

El ‘president’ ha defendido las urnas y con una manifiesta indignación ha declarado que “un país capaz de hacer el 9-N tiene una democracia más sana que la de un país que envía al banco de los acusados los dirigentes que lo hicieron posible”. También ha recordado que la consulta fue un “compromiso” entre las instituciones y la ciudadanía catalanas, y mediante la cual Cataluña “mandó una señal” democrática.