¿Qué pasará el 1-O? ¿Habrá urnas? ¿Y después? ¿Elecciones, proceso constituyente o reforma de la Carta Magna para replantear el modelo territorial? Dado el discurrir de los acontecimientos, resulta aventurado realizar vaticinios, pero los partidos con representación en el Parlament ya están preparándose para los diferentes escenarios posibles.

PDECAT

"Se votará como siempre, en urnas"

En el PDECat están seguros de que el 'president' Carles Puigdemont cumplirá "sus compromisos" y el 1-O se votará "como siempre". "Y como siempre es en unas urnas", afirma Josep Lluís Cleries, portavoz de los exconvergentes en el Senado. También están seguros de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy pondrá todas las trabas posibles, pero Cleries reitera el mantra de que se cumplirá "el mandato democrático del Parlament", lo que algunos miembros del Govern como Josep Rull han traducido en que el referéndum se celebrará diga lo que diga el Tribunal Constitucional.

La hoja de ruta del PDECat a partir del 2 de octubre pasa por convocar unas elecciones constituyentes e iniciar unas improbables negociaciones con el Estado o, en su ausencia, con las instituciones europeas.

Lo cierto es que el partido se enfrenta a una delicada situación, después de que Puigdemont rechazase ser el candidato. No hay ningún aspirante preparado para lidiar con Oriol Junqueras, que se opone a reeditar Junts pel Sí y a quien los sondeos dan como próximo vencedor.

ERC

"Será un referéndum legal y vinculante"

"El 1 de octubre votaremos. Votaremos en un referéndum legal y vinculante", afirma el portavoz de ERC, Sergi Sabrià, al tiempo que garantiza que habrán urnas, papeletas, representantes de la Administración "para velar por el correcto funcionamiento de la jornada", y una misión internacional acreditada "para certificar que la consulta se celebra con todas las garantías exigibles".

Sabrià augura una respuesta furibunda del Gobierno central a través de los tribunales de justicia, pero también de las "cloacas del Estado", a lo que habría que sumar "la amenaza económica de retirar los fondos del FLA". "Ninguno de estos disparates nos detendrá", añade.

El día después del referéndum tiene, para los republicanos, dos rutas: si gana el ‘sí’, se abriría un proceso constituyente para empezar la "construcción de un nuevo país"; si gana el ‘no’, por contra, se convocarían unas elecciones autonómicas para elegir un nuevo Govern en las que ERC parte como favorita. Queda la duda de si Junqueras se verá perjudicado en su carrera al Palau de la Generalitat por una posible inhabilitación por haber organizado el 1-O.

CIUTADANS

"Ya hemos visto esta película, es la del 9-N"

"Estamos plenamente convencidos de que no habrá referéndum y Puigdemont lo sabe", sostiene la diputada de Ciutadans Lorena Roldán. Según argumenta, el Govern no cuenta con cobertura legal ni apoyo internacional porque la consulta "va en contra de la Constitución y el Estatut". "No tienen urnas, ni censo, no hay decreto de convocatoria ni junta electoral, no hay ninguna garantía", recalca Roldán. Admite, sin embargo, que lo más seguro es el que 1-O haya urnas; eso sí, sin legitimidad: "Esta película ya la hemos visto, es la del 9-N".

C’s cree que el Estado no necesitará aplicar el artículo 155 de la Constitución porque el único objetivo de Puigdemont es provocar al Estado y luego presentarse como víctima.

El partido naranja pide al Govern que reconozca su fracaso y pliegue velas. Considera que la "única salida digna" que le queda a Puigdemont es "convocar elecciones autonómicas" y ya plantea la contienda como un duelo entre su candidata, Inés Arrimadas, y el vicepresident. "La alternativa es Junqueras o yo", ha afirmado más de una vez Arrimadas.

PSC

"Un simple recuento sin valor jurídico"

Los socialistas ya dan por hecho que habrá urnas el 1-O, aunque sostienen que no podrá ser un referéndum. Así lo manifestó recientemente la presidenta del PSOE, Cristina Narbona: "Será un puro y simple recuento sin ningún valor jurídico". El PSC también ve probable una votación, pero descarta que Rajoy vaya a aplicar el artículo 155 de la Constitución. "No es necesario" porque el Estado de derecho tiene "mecanismos" para hacer que las leyes se cumplan, aseguró Miquel Iceta hace unos días.

La estrategia de los socialistas cara al día después es acometer la reforma federal de la Constitución. "Cada vez es más evidente que no hay otra solución", subraya Iceta. Para iniciar este camino, propondrán la creación, a partir del próximo periodo de sesiones, de una comisión de estudio de la reforma en el Congreso.

Paralelamente, el PSC trabaja con la mirada puesta en las elecciones que, considera, Puigdemont convocará tras el 1-O. Por eso el partido ya tiene un candidato, el propio Iceta, y ha lanzado el anzuelo a las fuerzas constitucionalistas para forjar un pacto postelectoral en el caso de que no hubiera mayoría independentista.

CATALUNYA SÍ QUE ES POT

"No es el referéndum que Cataluña necesita"

Catalunya en Comú da por descontado que el 1 de octubre habrá una votación, pero se tratará, aseguran fuentes del partido que lidera Xavier Domènech, de una "movilización como el 9-N". "Así lo han dicho exconsellers y miembros de Junts pel Sí", recuerdan estas fuentes. A su juicio, no será el referéndum que "Cataluña necesita" y apuntan como principal responsable del fiasco al Gobierno de Mariano Rajoy y a su rechazo frontal al derecho a decidir.

Los 'comuns' han optado por ponerse de perfil y decidirán en septiembre si llaman a sus votantes a participar en la consulta. Están más centrados en preparar los próximos comicios, con Domènech como probable cabeza de cartel, tras los buenos resultados obtenidos en las dos elecciones generales del 2016.

El otro integrante de CSQP, Podem, coincide con sus socios en que no será una consulta vinculante y también decidirá el mes que viene su posicionamiento, tras una primera votación polémica en la que se aprobó participar en el 1-O como un "acto de movilización". Podem también tiene que consultar a sus bases el tipo de alianza con Catalunya en Comú.

PP

"Tras el 1-O inventarán una nueva pantalla"

Los populares también tienen asumido que el soberanismo celebrará un acto de movilización el 1-O, pero niegan de plano que vaya a tener lugar un referéndum de independencia. "El tipo de 'performances' y 'shows' alternativos que puedan haber es imprevisible, pero no habrá referéndum", recalca el portavoz del PPC en el Parlament, Alejandro Fernández.

Respecto de la reacción del Gobierno central, Fernández sostiene que será "una respuesta proporcionada y con la ley en la mano", y aleja el foco del aireado artículo 155 señalando que el Estado "tiene muchos más mecanismos para detener un referéndum ilegal". Además, el portavoz conservador advierte de que más allá de la respuesta gubernamental/judicial está la de la sociedad catalana. "El 'procés' no romperá España, pero sí está dividiendo a Catalunya. La espiral del silencio se ha roto y cada vez más catalanes de todas las ideologías dicen no a romper nuestro marco de convivencia", alega.

Lo que también tienen claro en el PPC es que el procés no morirá el 1-O. "No se puede descartar que se inventen una nueva pantalla para seguir agotando y aburriendo a la sociedad", concluye Fernández. Los conservadores apuestan igualmente por celebrar elecciones en breve, y más después del último CEO, que le otorgó hasta dos diputados más (11-13).

CUP

"No tenemos dudas de que el 1-O habrá urnas"

Durante todo el camino hacia el 1-O, los anticapitalistas han ejercido de fuerza de presión y el momento actual no es una excepción, con sus constantes llamadas a la desobediencia a las resoluciones del Tribunal Constitucional. "No tenemos ninguna duda de que habrá urnas y que el 1 de octubre se hará un referéndum de autodeterminación", recalca la diputada de la CUP Eulàlia Reguant, quien tampoco duda de que el Estado utilizará "todos los medios, violentos o no, legales o no" para intentar impedir la consulta. Una reacción que los 'cupaires' creen que se podría contrarrestar con una gran movilización ciudadana. De hecho, el 'quid' del 'procés', según los anticapitalistas, se halla precisamente en la participación, pues consideran que una elevada afluencia a las urnas serviría como catalizador para implementar el resultado.