Rajoy subió ayer un tono más --hasta el insulto-- en la escala de descalificaciones de las que ha echado mano para atacar al presidente del Gobierno. Profundamente molesto porque José Luis Rodríguez Zapatero le definió el domingo como "patriota de hojalata" por criticarle mientras él negociaba en Bruselas los fondos europeos, el líder del PP le contestó que para España "es mucho más peligroso un bobo solemne". La calificación provocó indignación en el Gobierno. Su portavoz, Fernando Moraleda, dijo que Rajoy "ha cruzado la línea que separa la crítica política del insulto puro y duro".

"OPOSICION MODERADA" Rajoy, también dijo que Zapatero "o es irresponsable o no está en sus cabales" por definir como un éxito la negociación presupuestaria de la UE: "España ha perdido un 90% de los fondos y va a pagar el 25% de la ampliación". Tras estos ataques, el conservador avisó de que continuará con esta oposición que muchos ven dura pero que él cree "moderada" y necesaria "en un momento político excepcional".

Durante su intervención ante el comité ejecutivo del PP, Rajoy sacó a colación el GAL sin citarlo expresamente. Aseguró que no se va a callar "ante el diálogo claudicante que plantea el Gobierno" igual que cuando conoció las "formas criminales de luchar contra el terrorismo".

El líder del PP no piensa renunciar a esa estrategia ya que insiste en que ha sido Zapatero quien se ha comportado de forma "desleal" y que ha roto el pacto antiterrorista que firmó con el PP en diciembre del año 2000. En cualquier caso, interpreta que ese acuerdo no comporta "una adhesión incondicional a la política del Gobierno" y, por ese motivo, se mantendrá en que Zapatero "le ha dado a ETA una capacidad que no tenía al invitarla al diálogo".

PRESUPUESTOS VASCOS Convencido de que el apoyo del PSE a los presupuestos del Gobierno vasco comporta que los contribuyentes españoles "financien a los familiares de los presos de ETA", Rajoy adelantó que el próximo miércoles, en la sesión de control al Gobierno, se lo planteará a Zapatero. Además del consenso en la lucha anti-ETA, el líder del PP culpó a Zapatero de haber roto el acuerdo territorial y alertó de que el Estatuto de Cataluña sólo inaugura "la vía de la ruptura de España", que seguirán Euskadi y Galicia.

El Gobierno lamentó profundamente que el líder de la oposición "haya cruzado la línea" que separa la "crítica legítima del insulto puro y duro". A juicio de Moraleda, los líderes de una "democracia avanzada" no pueden perder de vista esa línea, ya que no es tolerable que se llegue al insulto personal del jefe del Gobierno de España. El secretario de Estado de Comunicación conminó a Rajoy a "pedir disculpas" por su exabrupto y a cambiar una actitud que "no le hace más líder de la derecha".

Más duro se motró el secretario de organización del PSOE, José Blanco, que auguró que los españoles "harán pagar en las urnas" a Rajoy su "actitud canallesca". Blanco cree que Rajoy "ha caído muy bajo" con descalificaciones cargadas de "rencor" que demuestran que "no actúa como un demócrata".