Mariano Rajoy ha pedido a su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que olvide la posibilidad de aliviar a las comunidades más endeudadas con quitas y piense en que su principal objetivo será aprobar un modelo de financiación que los dirigentes del PP puedan vender cara a las elecciones municipales y autonómicas del año que viene. Ante la amenaza de Albert Rivera en las encuestas, el jefe del Ejecutivo ha encargado a su coordinador general, Fernando Martínez-Maillo, que intente aunar en un documento todas las demandas de los políticos populares. Ese informe se le presentará después al PSOE, con el que Rajoy está interesado en ir de la mano en varias iniciativas: el bipartidismo se entiende cuando le interesa y el análisis de los sondeos demuestra que los naranjas están ganado apoyos entre las filas del PP y también del PSOE.

Rajoy convocó este lunes un almuerzo con los representantes de su partido en todas las comunidades; la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y Montoro, para diseñar la agenda política y mostrar iniciativa. La comida y la sobremesa duraron tres horas y media. Tiempo para comentar muchos temas, pero no supuestamente el que ocupa tiempo y espacio en los medios de comunicación: el avance de Ciudadanos y el desgaste del PP y del propio Rajoy en las últimas encuestas. "No se ha hablado de nadie más que de España. No se ha hablado ni de encuestas ni de nada por el estilo", aseguró Maillo. "Ni un segundo, ni un minuto, nada, absolutamente nada", dijo en otro momento. Los populares han pasado de dejar que Rivera se apuntara tantos en el Congreso al látigo o al ninguneo, según el tema.

Evitar otro enfrentamiento

El temor al poderío de los naranjas ha llevado a Rajoy a pedir que desaparezca del discurso del PP la posibilidad de que haya una quita de deuda a las comunidades que lo están pasando peor, que son las del eje mediterráneo. La rapidez que se han dado los conservadores para cerrarlo puede buscarse también en Cs. José Manuel Villegas había advertido de que su partido no vería bien esas ayudas. Mejor evitarse otro enfrentamiento público con su contrincante.

En todo caso, los populares solo gobiernan en Murcia, por lo que pudo ser más fácil acallar el debate con los barones de Catalunya, la Comunidad Valenciana y Baleares. "Si no es una quita tendrá que ser otra cosa", reclamó a la salida el presidente murciano, Fernando López Miras. Maillo no dio pistas de qué medidas se tomarán ante la "lamentable" situación de algunas regiones (en palabras del propio Rajoy). Fuentes de Hacienda apuntaron que se decidirá algún tipo de "reestructuración", pero sin concretar si sería a través de una rebaja de los tipos de interés o un alargamiento de los plazos de pago. Ahora, la pelota la tienen los barones, que deberán plantear sus ideas a la dirección.

El acercamiento al PSOE también se visualizará en los próximos días en otros dos asuntos. Por un lado, Génova quiere cerrar un Pacto del Agua (tema que Rivera también ha planteado, pero al que Rajoy por ahora prefiere no invitar) y, por otro, reformar la ley electoral. Ante la reunión de Ciudadanos y Podemos para acordar los cambios que les interesan, el PP quiere atraerse al PSOE y defender una vieja propuesta, la de que gobierne la lista más votada en ayuntamientos y en autonomías, una manera de no perder plazas importantes en el 2019. El bipartidismo tiene herramientas para defenderse y parece que las van a utilizar.