Mariano Rajoy descargó anoche en el ministro de Justicia, Rafael Catalá, la tarea de comentar la jornada histórica del 9-N en Catalunya en un intento de quitar valor a una votación que considera "inútil" y "antidemocrática". En la línea que el Gobierno central ha mantenido esta última semana, Catalá destacó que carece de cualquier validez jurídica y añadió que ha sido un acto de "pura propaganda política".

El titular de Justicia afirmó que Artur Mas ha querido ocultar con este "simulacro inútil y estéril" su "fracaso personal" por no haber podido convocar la consulta "ilegal" que anunció el pasado mes de diciembre. "Estamos ante un acto de pura propaganda, que carece de efectos jurídicos y que solo ha servido para exacerbar la división entre los catalanes, para tensar las relaciones políticas, dentro y fuera de Catalunya", declaró en una comparecencia sin posibilidad de plantear preguntas.

"JUEZ Y PARTES DEL PROCESO"

Catalá censuró a Mas y al frente soberanista por no haber respetado las "estrictas normas" que rigen las consultas populares y no haber garantizado ni la imparcialidad de la votación. Sus promotores, añadió, han renunciado a cualquier apariencia de neutralidad, "convertidos en juez y partes del proceso", por eso el Ejecutivo restó cualquier valor al recuento y consideró que el resultado no tendrá "ninguna validez" porque no se puede comprobar.

Hasta que el ministro de Justicia hizo estas declaraciones, durante todo el día, los únicos comentarios oficiales del Gobierno llegaron de un portavoz que se limitó a decir que el presidente del PP considera que la votación ha sido "inútil" y "antidemocrática". También censuró la actitud de Mas, después de que este se autoproclamara responsable del proceso, y advirtió de que su comportamiento "dificulta mucho el futuro". Esta fuente explicó que Rajoy siguió la jornada desde su despacho y que fue "constantemente informado" de su desarrollo.

MENSAJE A MAS

El jefe del Ejecutivo instó el sábado al president de la Generalitat a recuperar la "cordura" a partir de hoy y empezar a hablar "dentro de la ley". Según la agenda oficial facilitada por el Ejecutivo, Rajoy no tiene ningún acto público hasta el jueves, día que partirá hacia Brisbane (Australia), donde el fin de semana participará en la cumbre del G-20. No obstante, la Moncloa puede improvisar la participación en algún acto si el presidente quiere enviar algún mensaje a la Generalitat o a los catalanes.

Más directo y con un discurso más duro que el Gobierno, desde el PP se aprovechó que ayer se conmemoraba el 25º aniversario de la caída del Muro para pedir a los «miles de catalanes» que votaron que no levanten ninguno más. "Ni un muro más o, si queréis, ni un muro, (Artur) Mas", reclamó el vicesecretario del partido Esteban González Pons en el transcurso de un acto para celebrar la efeméride que marcó el fin de la guerra fría. El dirigente conservador aseguró que "mientras gobierne el PP, nadie, ningún español se tendrá que ir de Catalunya". "La democracia es más convivencia y menos fronteras. El planteamiento democrático es el de todos unidos", añadió.

EL PSOE: "US ESTIMEM"

Por su parte, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pidió que se tenga en cuenta la petición de reforma constitucional que plantea su partido para resolver el encaje de Catalunya en España. A partir de hoy, reclamó en Toledo, hay que dejar el "inmovilismo" que propugna Rajoy y buscar una solución para "abrir un nuevo tiempo". "Us estimen. Volem una Catalunya a l'avantguarda del canvi a Espanya", dijo en catalán.