La nueva ministra de Hacienda, María Jesús Montero, es consciente de que «el tiempo apremia» y de que «no se puede perder ni un día, ni un minuto», para empezar a trabajar en el departamento que ha heredado de Cristóbal Montoro. En su breve intervención posterior a la asunción de la cartera ministerial, de manos de Montoro, la ya exconsejera andaluza de Hacienda se refirió a la confección de los Presupuestos del 2019 como la prioridad indiscutible. Después vendrán los trabajos para avanzar en una reforma del sistema de financiación autonómica que -ya avanzó Pedro Sánchez- habrá que culminar en una legislatura posterior. Antes, hoy mismo, se designará a las personas responsables de las dos secretarías de Estado del departamento: Hacienda y de Presupuestos y Gastos.

Además, Montero debe decidir qué papel va a jugar en el pleno del Senado del lunes, día 11, en el que se va a debatir el proyecto de Presupuestos del Estado para el 2018 heredado del PP. Resultaría muy chocante ver a la ministra socialista defender las cuentas de Montoro, por lo que es posible que se limite a justificar la asunción del proyecto en los mismos términos que hizo Sánchez en la moción de censura, «desde la responsabilidad, para garantizar la gobernabilidad del país».

Pero esto es casi una anécdota. La prioridad es el Presupuesto del 2019 y el calendario aprieta. La ley de Estabilidad prevé que la fijación del techo de gasto previo a la elaboración del proyecto de Presupuetos del año siguiente debe ser aprobado antes del 30 de junio. Y antes que eso, Hacienda debe reunir a los responsables autonómicos de finanzas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para tratar el reparto de los objetivos déficit público.

Este calendario está atravesado por la tramitación de los Presupuestos del 2018 cuya aprobación definitiva por el Congreso podría ser en la última semana del mes y en el entorno de la ministra se empieza a ver sin drama la posibilidad de que, como en años previos, no se cumpla el plazo del 30 de junio para el techo de gasto.