El Rey reapareció ayer en Badajoz en muy buen estado, más delgado, haciendo gala de rápidos reflejos cuando salvó a la Reina de caerse tras un tropiezo, y feliz con los vítores y cariños que bajo un sol abrasador le regalaron los miles de pacenses que abarrotaron la rotonda José Luis Herrera Pombo en el acto central del Día de las Fuerzas Armadas.

Minutos antes, parte del público abucheó y silbó a la ministra de Defensa, Carmen Chacón, aunque el griterío se cebó especialmente con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

Poco después de ser intervenido quirúrgicamente para la extirpación de un nódulo pulmonar benigno, el 8 de mayo en Barcelona, el Monarca le prometió a Carme Chacón que estaría en Badajoz. "Tranquila Carmen, que iré", recordó ayer con agradecimiento, durante su brindis en la recepción oficial posterior al homenaje a la bandera.

Y Juan Carlos cumplió su palabra. Ataviado con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, el Rey caminó con buen paso los escasos cien metros que separaban su coche oficial de la tarima desde que presidió los actos. A su izquierda iba la Reina, muy pendiente de su marido, y a un paso por detrás los Príncipes de Asturias.

LA ANÉCDOTA DE LA JORNADA A mitad del recorrido, los organizadores colocaron una pequeña tarima de madera desde la que el Monarca recibió honores y novedades. La reina Sofía saludaba a la gente que aclamaba a los monarcas desde los balcones cuando tropezó con la tarima y perdió el equilibrio. Pero el Rey estuvo en ese momento ágil y rápido y con un solo brazo la agarró y alzó evitando que cayera al suelo y se lastimara.

La anécdota centró algunos de los comentarios de la recepción. Y la Reina, cuando se le preguntó por el estado del Rey, bromeó: "Está muy bien. ¿No lo habéis visto?", en referencia a su tropiezo.

En los últimos días, el Rey insistió mucho a sus colaboradores en su intención de viajar a Badajoz y acompañar a los militares en un día tan especial. "Se encuentra muy bien. Es cierto que el Monarca temía por el sol y el calor que pudiera hacer. Pero la verdad es que ha aguantado de maravilla", comentó con absoluta naturalidad y transparencia una fuente de la Casa Real.

Para que Juan Carlos pudiera descansar, los Reyes viajaron a Badajoz en helicóptero el pasado sábado y pasaron la noche en un hotel. Y esta semana su actividad se limitará a dos audiencias en la Zarzuela. "Empezará poco a poco", dijeron las mismas fuentes, que aseguraron que el Monarca ha dejado de fumar, como mínimo, en algunos de los sitios "en los que antes fumaba".

Durante la recepción, muchos fueron los invitados que le preguntaron por su estado y a algún general al que conoce bien el Rey comparó su recuperación con la de un torero corneado. En cualquier caso, la reaparición del jefe del Estado centró el acto principal de las celebraciones del Día de las Fuerzas Armadas que este año se han celebrado en Badajoz con un gran éxito de público.

PÚBLICO DESCONTENTO Como viene siendo costumbre, para pesar de los militares, parte del público descontento aprovechó el acto institucional para mostrar su malestar con el Gobierno silbando. El sábado ya hubo gente que increpó a la ministra Carme Chacón y Guillermo Fernández Vara a su llegada al acto de la jura de bandera de civiles. Pero ayer el abucheo fue mayor, aunque sí es cierto que hubo gente que aplaudió. Pero se oyó más a los críticos.

Por la tarde, el Partido Socialista de Extremadura emitió un comunicado en el que responsabilizó a las Nuevas Generaciones del Partido Popular de la pitada. Al parecer, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, se acercó el sábado a hablar con dos de los ciudadanos molestos y los identificó como militantes de las juventudes del Partido Popular.

ACTO EMPAÑADO Las mismas fuentes explicaron que los pitidos de ayer estaban organizados. Aunque si los empezaron unos, que se trajeron los silbatos de casa, parte del público se sumó a un abucheo que incomodó especialmente a la ministra de Defensa, no tanto por ser receptora de la ira, sino porque sabía que empañarían un acto muy especial e importante para los militares.