Los líderes del PSOE y Podemos han comenzado esta mañana una operación deshielo con el primer encuentro personal en lo que va de legislatura, una reunión en el Congreso que ha durado algo más de una hora. Pablo Iglesias y Pedro Sánchez parecen haber dado el primer paso de tránsito hacia una paz en la izquierda empieza a vislumbrarse en el horizonte pero carece todavía de geografía específica. Ante las incertidumbres futuras, las contingencias de lo inmediato: la moción de censura contra Mariano Rajoy queda descartada, por el momento.

Iglesias lo asume. Confía en convencer a Sánchez para que la impulse, pero no va a fijar ultimatums, ni plazos, para que no descarrile esta paz recién estrenada que se concretará, por el momento, en acuerdos parlamentarios sobre políticas concretas. "No vamos a poner un 'deadline' que pueda hacer descarrilar la hoja de ruta para sacar al PP. Vamos a respetar la posición del PSOE", ha manifestado Iglesias, en una rueda de prensa tras la reunión en la que ha mostrado constantemente voluntad de conciliar con los socialistas, incluso en los aspectos en los que discrepan. La petición, planteada hace dos semanas, de que la moción de censura cristalizase antes deNavidad queda borrada de las exigencias podemistas.

El secretario general del PSOE también ha preferido subrayar los puntos de acuerdo con Podemos, pero frena con claridad las expectativas de una moción sin garantías. "Mi prioridad es que Mariano Rajoy no sea presidente, pero cualquier moción debe ser meditada, trabajada y no improvisada", ha explicado en una entrevista en La Sexta (no puede comparecer en el Congreso al no ser diputado). Ha insistido en que una nueva iniciativa fallida contra el presidente le reforzaría en su posición presidencial y ha señalado que ve a Iglesias "mucho más realista" y "consciente de que el enfrentamiento de la izquierda hace que la derecha gane".

Iglesias confirma la discrepancia, pero sigue abierto al diálogo. "Sánchez sabe que eso forma parte nuestros objetivos, ellos tienen una estrategia distinta, como no algo tan inminente. Lo respetamos y vamos a trabajar para intentar convencerles", ha señalado, decidido a "respetar el ritmo del PSOE".

ACUERDOS TANGIBLES

Por el momento, ambos partidos han acordado trabajar para buscar acuerdos en el techo de gasto (Iglesias dice ser "optimista" y confía en que los socialistas no lo apoyen; en desbloquear la subida del salario mínimo (está varada en un trámite parlamentario); en mejorar las ayudas por hijo y garantizar las pensiones. El PSOE se mantendrá en la abstención en el tratado de libre comercio CETA, pero Iglesias valora el gesto de no votar a favor.

Sobre el conflicto territorial, ambos han constatado que, aún asumiendo la plurinacionalidad, no comparten el referéndum como salida a la situación. Iglesias ha explicado que confía en mantener el diálogo abierto en este capítulo para persuadir a Sánchez de que la consulta es necesaria. "Un PSOE que habla de plurinacionalidad nos parece positivo, que nos sentemos a hablar es un paso", ha valorado.

EL PRELUDIO

La cita llega tras el acercamiento que se empezó a vislumbrar en el debate de moción de censura fallida de los morados, hace dos semanas, cuando ambos partidos tendieron puentes para reconstruir una relación erosionada por la desconfianza mutua. Desde que los podemistas votaron 'no' a la investidura del socialista, en marzo de 2016, los contactos han sido escasos y tibios, pero la vuelta de un Sánchez a la secretaría general del PSOE decidido a colocar a su partido en la izquierda, abre una rendija a un nuevo entendimiento.

Tras el encuentro con Iglesias (el tercero que mantienen ) Sánchez conversará este miércoles por la tarde con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Los naranjas han mostrado surechazo a un eventual frente que pudiese unir a PSOE, Podemos y Ciudadanos.