Los secretarios generales del PSOE, Pedro Sánchez, y de Podemos,Pablo Iglesias, mantendrán este lunes la primera reunión entre ambos partidos en esta legislatura, que servirá para abrir una senda de colaboración parlamentaria en busca de acuerdo contra el Gobierno del PP. La cita, a las 17.00 horas en el Congreso, se produce tres semanas después de que los dos líderes se reunieran por primera vez en más de un año, un deshielo que ha propiciado que los socialistas hayan ofrecido a los podemistas entrar en el Ejecutivo de Castilla-La Mancha.

Fuentes de la dirección del PSOE, Sánchez y su equipo pondrán sobre la mesa cinco propuestas que han planteado en las últimas semanas y sobre las que entienden que hay margen para el entendimiento con Podemos: la renta mínima para mayores de 50 años, el plan de rescate juvenil, la subida salarial, medidas contra la corrupción y la Declaración de Barcelona (la hoja de ruta recién pactada con el PSC como alternativa al independentismo), informa Juan Ruiz Sierra.

El regreso de Sánchez al liderazgo socialista en mayo, encumbrado por las bases con un discurso de impugnación tanto al Gobierno de Rajoy como al 'establishment' de su partido, puso fin a la hostilidad que había protagonizado la relación entre Podemos y los socialistas en el último año. Aunque unos y otros mantienen sus reservas, Sánchez dejó claro desde el primer momento su intención de hacer frente al PP contando con Iglesias, y el partido morado recibió con grandes "expectativas" el cambio de rumbo anunciado por el reelegido líder socialista.

VIRAJES SOCIALISTAS

Eso sí, Podemos tiene claro que esas "palabras" que suenan bien deben convertirse en "hechos" y así lo ha reclamado desde el primer momento. Aun así, los morados aplaudieron el cambio de postura del PSOE ante el tratado comercial entre la Unión Europea y Canadá, elCETA --pasó del 'no' a la abstención--, su rechazo al techo de gasto que la gestora había aprobado a finales del 2016, y la abstención en la moción de censura que presentó Podemos.

La reunión de este lunes llega además pocos días después del acuerdo alcanzado entre el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, y el líder de Podemos en la región, José García Molina. Un pacto que, si es avalado por las bases del partido morado, supondrá por primera vez la entrada de la formación en un Gobierno autonómico del PSOE.

La relación entre ambos partidos marcha bien, pero ambas partes se esfuerzan por marcar el paso. Así, mientras el PSOE da por hecho ya haber ganado a Podemos "la batalla de la izquierda", Iglesias no cesa en su empeño por celebrar que han sido los socialistas los que se han acercado a ellos.

MOCIÓN DE CENSURA FUERA DE LA AGENDA

Ahora bien, Podemos ha dejado aparcada de momento, aunque sin perderla de vista, la nueva moción de censura que quiere impulsar junto al PSOE para echar a Rajoy de la Moncloa y para la que hace unas semanas ponía fecha, al asegurar que sería factible hacerla realidad antes de Navidad. Ahora los morados ya no hablan de fechas ni ultimátums, y afirman que van a respetar "los tiempos del PSOE", que de momento no se plantea esta posibilidad al considerar que no dan los números.

Prueba de estos ritmos diferentes es la forma en la que se ha gestado la reunión de este lunes. Mientras que Podemos mostró su plena disposición a comenzar los encuentros lo antes posible, el PSOE ha mantenido en todo momento un perfil más bajo al respecto. Los dos líderes encomendaron a sus portavoces parlamentarias, Margarita Robles (PSOE) e Irene Montero (Unidos Podemos), gestionar los detalles y el calendario para poner en marcha el plan conjunto de trabajo. Ambas mantuvieron un encuentro informal el pasado 4 de junio en el que no llegaron a concretar nada.

Según fuentes de Podemos citadas por Europa Press, en aquella primera toma de contacto Montero transmitió a su homóloga socialista hasta tres propuestas de fechas para mantener la primera reunión de equipos. El PSOE no movió ficha hasta finales de semana, cuando el viernes acordaron por fin la cita de este lunes. De hecho, el partido de Iglesias había comenzado a impacientarse ante la falta de concreción de las huestes de Sánchez.