Pedro Sánchez ha querido revestir de simbolismo su toma de posesión como presidente del Gobierno. El secretario general del PSOE ha prometido este sábado ante el Rey su nuevo cargo en un acto en el Palacio de la Zarzuela que ha tenido una llamativa novedad: por primera vez en democracia, la promesa se ha efectuado solo ante la Constitución, prescindiendo de la Biblia y del crucifijo. Sánchez ha optado por esta fórmula después de que la Casa del Rey acordara en julio del 2014, poco después de la proclamación de Felipe VI, dar la opción a los altos cargos de jurar o prometer sus cargos con o sin símbolos religiosos.

Ya como jefe del Ejecutivo, el líder socialista se ha desplazado por primera vez a la Moncloa, donde ha hecho un recorrido protocolario por diversas instalaciones del complejo, aunque aún no se instalará en sus dependencias. Pretende dedicar el fin de semana a decidir la estructura de su Gobierno y el nombre de los ministros, que prevé anunciar la próxima semana.

El líder socialista ha roto con el protocolo que habían mantenido los seis anteriores presidentes del Gobierno de la democracia y ha querido tomar posesión solo ante la Carta Magna al ser una decisión que dependía de él. "Prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros", ha leído Sánchez mientras apoyaba su mano derecha en un ejemplar de la Constitución, abierto por el artículo 62.

La Casa del Rey instauró la opción de la Biblia y la cruz para dar cumplimiento a lo establecido en el ordenamiento constitucional en materia de libertad religiosa. Hasta ahora, los anteriores inquilinos de la Moncloa tenían la opción de jurar o prometer el cumplimiento de sus obligaciones, pero debían hacerlo ante la Carta Magna y los símbolos religiosos colocados en la mesa instalada en la sala.

Fidelidad y promesa

En el caso de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, José María Aznar y Rajoy, prefirieron el juramento para expresar fidelidad al cargo, mientras que Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero se inclinaron por la promesa. Pedro Sánchez se define como ateo y siempre ha sido firme defensor de que España sea un Estado laico, de retirar la religión de los colegios públicos y de revisar el Concordato con el Vaticano.

En la Zarzuela, han estado la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el del Senado, Pío García-Escudero, así como los del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, y del Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes.

Para dar fe del acto, ha ejercido como notario mayor del Reino el todavía ministro de Justicia, junto al director general de los Registros y del Notariado, Javier Gómez Gálligo. Al término de la promesa, el Rey ha saludado a Sánchez para darle su enhorabuena y posar ante los medios gráficos. A continuación, se ha incorporado a la foto Rajoy y el resto de autoridades. El líder del PSOE ha dado dos pasos para estrechar la mano de Rajoy ante Felipe VI. "Mucha suerte", ha deseado el presidente del Gobierno saliente a su sucesor.