Dos meses y medio después de su dimisión como secretario general, Pedro Sánchez vuelve a incomodar a la gestora del PSOE con un acto en Asturias el sábado junto a militantes de base, cada vez más movilizados desde plataformas internas que reclaman la convocatoria ya de primarias.

Sánchez visita, otra vez, una comunidad con un Gobierno socialista, como ya hizo en la Comunitat Valenciana, una circunstancia que incrementa esa incomodidad, puesto que genera un problema más al ejecutivo autonómico. En este caso, además, el principal damnificado es el propio presidente de la gestora, Javier Fernández.

Junto a Sánchez estará el sábado en San Martín del Rey Aurelio la diputada asturiana Adriana Lastra, una de las fieles que permaneció en su ejecutiva hasta el final y que votó "abstención por imperativo" en la investidura de Rajoy.

Tras el acto multitudinario de Xirivella (Valencia), el pasado 26 de noviembre, esta es la segunda parada de la gira que anunció Sánchez por España para reencontrarse con la militancia y sopesar la posibilidad de volver a presentarse a las primarias.

Los 'sanchistas' defienden que dos apariciones públicas en más de dos meses están dentro de lo "normal", máxime cuando el tono del exsecretario general está siendo en ellas "correcto" y "calmado".

Para la gestora, en cambio, supone un intento contraproducente de mantener al partido en "modo congreso" -en palabras de su portavoz,Mario Jiménez-, en un momento en que sus esfuerzos se centran en la "agenda parlamentaria" con la que el PSOE ha conseguido pactar con el Gobierno la subida del 8% del salario mínimo y un punto más de PIB para las comunidades autónomas.

Fernández se congratulaba esta semana de que su partido hubiera recuperado con su trabajo parlamentario la "centralidad" política, al tiempo que la presidenta andaluza, Susana Díaz, situaba al PSOE en la "oposición útil".