Pedro Sánchez y Susana Díaz quisieron mostrar ayer que su enfrentamiento es cosa del pasado. El secretario general del PSOE acudió a un desayuno informativo en Sevilla y, aunque los rostros de ambos dirigentes reflejaban que la sintonía sigue sin ser buena, la presidenta andaluza tiró de Walt Disney para intentar transmitir lo contrario. «¿Esta será una foto del deshielo entre ambos?», le preguntaron antes de su breve encuentro, previo a la conferencia de prensa. Irónicamente, respondió: «Esa será una foto para Frozen». Tras aludir a la película en la que una profecía condena a un reino a vivir un invierno eterno, aseguró: «Aquí normalmente la temperatura nunca es tan baja». Y cuestionada sobre si «las espadas siguen en alto», tras salir derrotada en la batalla por las primarias del partido, la dirigente se defendió: «Pero, ¿me está hablando en serio?».

Sánchez evidenció, en todo caso, un acercamiento. Negó ver en el Gobierno de Díaz un modelo «más a la derecha» que el suyo. «A Susana hay que escucharla porque suele atinar en sus opiniones», concedió.

Sobre su relación con el PP, el líder socialista dejó claro que el único coqueteo con los populares tendrá que ver con el conflicto catalán. Los socialistas, anunció, respaldarán todos los recursos que el Gobierno interponga para «salvaguardar» la legalidad en Cataluña, al tiempo que instó al nuevo Parlamento Catalán a pasar ya «la página negra de [Carles] Puigdemont» y la de la unilateralidad.

Más allá de este asunto, Sánchez atacó al PP e insistió en que su propuesta es de alternativa a un Gobierno «acabado» y estancado y rechazó cualquier apoyo a los próximos Presupuestos Generales del Estado. «No hay opción», zanjó el líder socialista.