Susana Díaz se enfrenta el próximo domingo al reto más arriesgado de su carrera política. La presidenta de Andalucía cuenta en estas primarias por el liderazgo del PSOE, donde se mide a Pedro Sánchez y Patxi López, con el apoyo de los referentes históricos y los líderes territoriales más importantes del partido. Hasta hace unas semanas, pocos socialistas dudaban de su triunfo. Ahora son muchos más. Sánchez ha demostrado una enorme capacidad de arrastre entre la militancia. Pero ella dice estar «convencida» de su victoria. Ante las nuevas propuestas de su principal rival, distintas a las que defendió como líder del PSOE hasta el pasado octubre, Díaz dibuja una sonrisa. «Yo no voy a cambiar mi modelo de país por interés electoral», asegura.

-Cataluña es el territorio donde la diferencia entre Sánchez y usted es mayor. Él ha conseguido seis veces más avales. ¿A qué se debe?

-Ha sido el lugar donde menos he podido trasladar, por la falta de presencia, qué proyecto colectivo represento. Ahora estoy teniendo una presencia más activa y estoy convencida de que tendré más votos que avales. Me lo tomo como un reto.

-Usted ha dejado claro que no comparte la definición de ‘nación’ aplicada a Cataluña. ¿Por qué?

-Lo que no comparto es la modificación del artículo 2 de la Constitución [que establece la «indisoluble unidad» de España]. El Estatuto de Andalucía señala que Andalucía es una realidad nacional, ¿pero verdad que nadie plantea que por eso nos vamos a ir de este país? ¿Verdad que no? Cuando uno pretende utilizar el término nación para ser un Estado es cuando cambia la relación entre las palabras y las consecuencias. Porque las palabras tienen piel. Y cuando uno pretende modificar el artículo 2 de la Constitución está buscando la puerta para que desde la identidad nacional se camine hacia la soberanía de origen.

-Pero el equipo de Sánchez dice que no hay por qué alterar el artículo 2 de la Constitución.

-Sí, lo ha matizado. Le pido que le pregunte a él. No voy a entrar en una subasta: decir cosas que luego no voy a hacer. Lo que digo lo defiendo en Andalucía y en Cataluña. Eso te da autoridad en tu organización y respeto entre los ciudadanos.

-De momento, sin embargo, es la única de los tres candidatos que no ha presentado su proyecto.

-El documento lo presentaré el próximo martes, y el proyecto en sí mismo lo he explicado en los actos. En Cataluña he dicho que la salida está en el diálogo, y que los socialistas la vamos a llevar a cabo a través de la reforma de la Constitución. Si tengo la confianza de mis compañeros voy a impulsar de forma inmediata que se ponga en marcha la ponencia constitucional del Congreso. Hay que empezar a hablar.

-Su opinión de Sánchez ha ido cambiando. ¿Por qué? ¿Qué ve distinto de lo que vio cuando le ayudó a llegar al mando del PSOE?

-Discrepo en proyecto, modelo de partido y en el espacio político que ocupamos en España. Yo defiendo un proyecto autónomo, sin complejos, ganador, de cambio, y sobre todo que genere seguridad y confianza. No voy a cambiar ni mi visión del modelo de país, ni de la cohesión social, ni de la cohesión territorial, ni del Estado de Bienestar según mi interés en el proceso electoral en el que estemos. A mí no me verá defender una cosa y meses después otra. Respeto que haya compañeros que evolucionen en sus posiciones, pero quien esté al frente de la organización tiene que dar seguridad.

-¿Le daba seguridad Sánchez hace tres años? ¿Se siente culpable de haber contribuido a su ascenso?

-He puesto las luces largas. No va a escuchar de mí nada negativo de mis compañeros, porque aspiro a ser la secretaria general de todos.

-¿Qué se juega el PSOE en las primarias del próximo domingo?

-Volver a ser alternativa de gobierno desde un proyecto reformista, de cambio, que abra un nuevo tiempo pero que también represente a la amplia mayoría de la sociedad para volver a liderar y transformar la realidad. Cuando veo los resultados en otros países, como Francia y el Reino Unido, donde los socialistas se han escorado a posiciones que no son las nuestras, me ratifico aún más.

-¿Teme que su partido caiga tan bajo como el socialismo francés?

-No, porque vamos a hacer las cosas bien. La recuperación del PSOE va a ser mucho más rápida de lo que a algunos le gustaría.

-¿Por qué lo cree?

-Porque los ciudadanos no nos han dado la espalda. Si uno mira los últimos datos del CIS, ve que los españoles no le han dado la espalda al PSOE. Nos necesitan y nos esperan.

-¿La estabilidad de los gobiernos autonómicos no está también en juego? Todos los presidentes del PSOE, salvo la balear Francina Armengol, le apoyan a usted, que también es presidenta. Así que si pierde, van a quedar en muy mal lugar.

-Mire, a mí me apoyan compañeros y compañeras. Algunos tienen responsabilidad de gobierno y otros no. Los 60.000 militantes que me han avalado no son presidentes.

-¿Cómo calificaría el ambiente de esta campaña? A usted, por ejemplo, le han llamado «mafia».

-No me gustan las salidas de tono y pido respeto a todos. He visto cosas en esta campaña que no había visto antes, pero vivo el proceso queriendo pasar página, no pasar factura, como la inmensa mayoría de militantes. De esta vamos a salir.

-En los últimos meses se han conocido nuevos y gravísimos casos de corrupción en el PP. ¿No le hacen replantearse la abstención?

-Esos casos nos deberían hacer replantearnos cómo este PP nos dejó primero en 90 escaños y después en 85. Cómo el PP más débil, el que abochorna y tiene una relación turbia con las instituciones y el dinero pudo dejar al PSOE en 85 escaños. Si llegamos a ir a terceras elecciones nos habríamos enfrentado al desastre. Hoy estamos así porque tenemos 85 escaños. Hay que ver por qué.

-Dígamelo usted. ¿Por qué?

-Por eso estamos en unas primarias. Nos lo tenemos que hacer mirar.

-¿Los malos resultados son responsabilidad solo de Sánchez?

-Utilizo el plural. Nos lo tenemos que hacer mirar. Pero no solo no nos lo hicimos mirar, sino que lo que se pretendió después de 85 escaños fue convocar un congreso exprés en 15 días. Cuando la mayoría de ese comité federal se negó, el secretario general dimitió. Después se ha querido escribir otras cosas, pero lo que pasó allí fue eso.

-¿Por qué, entonces, no defendió la abstención desde el principio?

-Hubo información contradictoria que llegaba a los dirigentes de la organización. Y al final, cuando algunos decían que había una mayoría alternativa, aunque no se veía, dimos un voto de confianza.

-Cuando habla de información contradictoria, ¿quiere decir que a usted Sánchez le dijo que se iba a abstener, como a Felipe González?

-No, no. Nunca tuve ninguna conversación profunda con él. La información me venía de terceros.

-¿Qué relación pretende establecer con Podemos?

-De respeto, cosa que no ha habido hasta ahora. No aspiro a que mi partido sea el primero de la izquierda; aspiro a ganar elecciones. He gobernado en Andalucía en coalición con IU. Cuando IU se quiso entregar a Podemos, dificultó que ese gobierno siguiera adelante. Si soy líder del PSOE no voy a permitir que se le haga al PSOE lo que se le ha hecho a IU.

-Sánchez, en cambio, ha dicho que quiere trabajar «codo con codo» con el partido morado.

-Yo voy a trabajar codo con codo es con los militantes del PSOE. Y después, desde el respeto, se hablará con otras fuerzas.

-Y si llega a un acuerdo de gobierno con otras fuerzas, ¿defiende que ese pacto se someta a la consulta de la militancia para que esta decida?

-El PSOE tiene que regular las consultas, pero los líderes no se pueden esconder detrás de la militancia para escapar a los órganos de control, porque entonces esos liderazgos se convierten en autoritarios.

-¿Dónde sitúa ese equilibrio?

-Nuestros estatutos tendrán que tener la madurez para regular aquellos asuntos donde los militantes tienen que ser escuchados, y al mismo tiempo regular los órganos de control para que nadie quiera ejercer el liderazgo sin rendir cuentas.

-Pero concréteme en qué materias aboga por las consultas.

-Ahí voy a respetar la voz de los militantes. Este debate va a ser profundo en todas las agrupaciones. Y voy a ser muy respetuosa con él, porque va a condicionar el futuro del partido.

-¿Se puede abordar en profundidad ese debate en las agrupaciones, dado el nivel de enfrentamiento entre sus partidarios y los de Sánchez?

-Sí. El PSOE es mucho PSOE. Este partido se va a levantar pronto.

-¿Hay que replantearse las primarias abiertas a los simpatizantes para elegir al candidato a la Moncloa?

-No. ¿Por qué? No tengo ningún motivo para replanteármelo.

-En todo caso, usted sí ha dicho que si es secretaria general intentará ser candidata a la Moncloa.

-Sí, porque formo parte de un proyecto que está en condiciones de volver a hacerse cargo de España, un proyecto que tiene respuestas para los desafíos de este país.

-¿Y si no gana estas primarias? ¿Se presentará a las del candidato a las elecciones generales?

-No tengo plan B. Confío en el A. Y cada día estoy más convencida.