El teniente de la Guardia Civil agredido en octubre de 2016 en un bar de la localidad navarra de Alsasua ha declarado este martes en el juicio en la Audiencia Nacional que recibió empujones, golpes y patadas por todos los lados, especialmente en la cabeza, piernas y espalda.

Nadie intentó ayudarle mientras era agredido en el bar Koxka ni persona alguna intentó calmar la situación, ha descrito el teniente, quien se ha mostrado convencido de que todo el mundo en el bar sabía que era guardia civil y que también conocían a su novia.

Ambos y otra pareja -un sargento del instituto armado y su novia- fueron agredidos en ese bar por un grupo de personas, entre ellas presuntamente las ocho que se sientan en el banquillo en el juicio, en un suceso que ha relatado el teniente ante el tribunal, al que ha descrito la situación "indefensa" en la que se quedó tras recibir constantes golpes.