Junto a las reformas de la Constitución y de los estatutos de autonomía, José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a abrir otro melón no menos sensible: el de la reforma electoral.

El presidente del Gobierno aceptó ayer, a instancias de su socio parlamentario Gaspar Llamazares (IU), abrir el debate sobre una reforma legal que reequilibre el actual sistema. Para empezar, el Gobierno solicitará un informe jurídico al Consejo de Estado sobre cómo aumentar la proporcionalidad del modelo electoral español.

La reforma electoral es una vieja reivindicación de Izquierda Unida (IU). No en vano en las generales fue la tercera lista en votos --1,2 millones, el 4,96%-- y en cambio es la sexta fuerza del Congreso, con sólo cinco diputados frente los 10 de CiU, los ocho de ERC y los siete del PNV, que cosechan menos sufragios. Al franquear en pocas provincias la barrera del 3% de los votos requerida para obtener escaño, IU tiene miles de electores huérfanos de representante. Una simple división ilustra el desequilibrio: la coalición obtiene un escaño por cada 256.000 votos, mientras que al PSOE y al PP les cuesta menos de 70.000 papeletas, y a CiU y ERC, poco más de 80.000.

UN MODELO "INJUSTO" Por eso ayer, en su entrevista con Zapatero en la Moncloa, Llamazares instó al jefe del Ejecutivo a revisar este sistema electoral "injusto" con IU, y a promover un modelo respetuoso con el principio de "proporcionalidad" que consagra la Constitución. El presidente no se comprometió a acometer de inmediato esta reforma, pero sí a abrir el debate, al encargar un dictamen al Consejo de Estado. Fuentes próximas a Zapatero adelantaron que el Gobierno afrontará este proyecto "sin prisa pero sin pausa".

Aunque no será vinculante para el Gobierno, el informe del Consejo de Estado --compuesto por exministros, magistrados y catedráticos, pero ajeno a las voces autonómicas-- fijará las directrices de una reforma que, de prosperar, está llamada a limitar el poder de los partidos nacionalistas como socios de los gobiernos sin mayoría absoluta. Al menos, a tenor de las propuestas avanzadas desde el PSOE, el PP y la propia IU.

En su programa, el PSOE sólo promete la elección directa de alcaldes y listas paritarias y desbloqueadas, pero socialistas como Juan Carlos Rodríguez Ibarra piden elevar el porcentaje de votos necesario para tener escaño. El PP quiere que siempre gobierne la lista más votada, e IU, que haya 50 diputados más a repartir en una única circunscripción.

REACCIONES El presidente del PP, Mariano Rajoy, reprochó a Zapatero su falta de criterio y anunció que no esperará al dictamen del Consejo de Estado, sino que presentará públicamente una propuesta propia para modificar la ley electoral: "Una reforma de la ley electoral hecha por Llamazares me preocupa mucho, porque Llamazares, junto con Josep Lluís Carod-Rovira, son los inspiradores de algunas políticas" del Gobierno, "en concreto las que se refieren a España". El portavoz de ERC, Joan Puigcercós, avisó de que no se puede elaborar una "ley electoral a la carta". Ni a la medida del PP, que a su juicio "no quiere que existan partidos nacionalistas" en el Congreso, ni a la de IU, que reclama más representación. Para Puigcercós, la reforma del Senado es mucho más urgente que la de la ley electoral.

Por su parte, el portavoz del PNV en la Comisión de Interior del Congreso, Emilio Olabarría, defendió una reforma del sistema electoral que fije una representación mínima obligatoria para las circunscripciones que tienen poca densidad de población. Olabarría reclamó que la reforma se haga con consenso.