Contaba Gary Lineker, el exjugador del Barça, que el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre gana Alemania. La sentencia suele cumplirse en la mayoría de casos. Incluso Brasil, la única selección con mejor palmarés que los germanos, se llevó siete goles hace dos años en la semifinal de su Mundial. Pero existe una excepción que confirma la regla: Italia. Ochos veces se han enfrentado ambas selecciones en partido oficial y jamás ganó Alemania (cuatro victorias y cuatro empates). Este sábado tendrá una nueva oportunidad para acabar con una maldición histórica.

En Burdeos se darán cita las dos grandes selecciones europeas de siempre, un clásico con el aroma de las grandes noches. En una Eurocopa de 24 selecciones, con encuentros insoportables y poco fútbol, siempre viene bien una cita así, aunque sea quizá demasiado pronto. Entre Italia y Alemania suman 12 grandes títulos. Ambas son tetracampeonas del mundo, pero llevan demasiado tiempo sin reinar en Europa.

El conjunto teutón tiene tres títulos continentales, el último hace dos décadas. Se le escapó la final del 2008 ante España y ahora persigue el doblete tras coronarse en Maracaná. La travesía de la azzurra es aún mayor. Ganó su única Eurocopa en 1968 y dejó escapar los títulos del 2000 y el 2012, el último también ante la Roja. "No tenemos ningún trauma con Italia. Somos Alemania, el pasado es el pasado", proclamó Joachim Löw, el excelente entrenador germano, que lleva una década en el cargo.

Vivió como ayudante de Jürgen Klinsmann la derrota en las semifinales del Mundial del 2006 en Dortmund, un bellísimo partido que se decidió en la prórroga con los goles de Grosso y Del Piero en dos minutos épicos. Hace cuatro años, repitió decepción en la misma ronda de la Eurocopa, con doblete de Balotelli. ñMe dolió muchísimo pero fue una buena lección", dijo Löw, que recuerda las palabras que de su rival en el 2012, Cesare Prandelli. ñNo hay ningún equipo invencible, con trabajo todo puede producirse". Esa consigna intentará aplicar hoy Alemanía para acabar con una maldición que dura ya demasiado tiempo. La historia de este clásico empezó en 1962, con un empate insulso en la fase de grupos del Mundial de 1962, unas tablas que se repetirían tres veces más en el tramo inicial de los torneos. El primer golpe llegaría en 1970, en el choque que pasó a la historia como ñel partido del siglo". La semifinal del Mundial disputada en el estadio Azteca de México fue soberbia, un drama que se cerró con el triunfo de la azzurra en la prórroga (4-3).

"Pasan los años y aquello sigue siendo inolvidable. Un Italia-Alemania es único", cuenta Sandro Mazzola, el mítico exjugador del Inter. "Allí empezó todo. El espíritu de estos dos equipos es único. Aún recuerdo a Beckenbauer jugando con el brazo vendado". Mazzola sigue apostando por Italia. ñSera durísimo. Y, como siempre, ganaremos". Doce años después llegaría el triunfo de la Italia de Zoff y Rossi ante la Alemania de Rummenigge, Breitner y Schumacher (3-1) en el Mundial de España. El último duelo entre ambas se produjo el 30 de marzo en Múnich. Alemania goleó a Italia (4-1), pero aquello era un amistoso.