Mientras el católico Michael O'Neill dirige a la selección de Irlanda del Norte, un país con mayoría protestante, en la vecina República de Irlanda manda otro Neill, Martin, nacido en Kilrea, un pueblecito ubicado en el Ulster. Sustituyó en el 2013 al viejo Trapattoni y se convirtió en el primer seleccionador norirlandés del combinado del sur. Hoy se medirá con Francia (15.00 horas) en los octavos de final en Lyón, donde no faltarán los 20.000 fieles irlandeses, entregados a su técnico, que fue el capitán de Irlanda del Norte en el Mundial de España en 1982.

Esa connotación sociopolítica es solo una pincelada destacable de la figura de O'Neill, uno de los técnicos más singulares de la Eurocopa. Especialista en meterse en líos, antes del torneo, por ejemplo, pisó un charco monumental cuando le preguntaron si permitiría a los jugadores traer a sus parejas a la concentración. ñDepende de lo guapas que sean. Las chicas atractivas serán bienvenidas. Para las feas no hay lugar", soltó en tono distendido, sin calibrar el terremoto que causarían sus palabras en los movimientos feministas. ñNo hay sitio para esos comentarios sexistas. La Eurocopa debería ser una oportunidad para incrementar la participación de las mujeres en el fútbol", le respondió Orla O'Connor, presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres Irlandesas.

En dos años y medio, O'Neill se ha ganado el corazón de los irlandeses, que abarrotarán el estadio de Lyón en busca de la sorpresa contra el anfitrión. El duelo remite irremediablemente a una imagen del 2009, la de la mano de Thierry Henry, una acción obviada por el colegiado sueco Martin Hansson que dejó a Irlanda fuera del Mundial de Sudáfrica. Hoy también juega Alemania frente a Eslovaquia (18.00 horas) y Hungría con Bélgica (21.00 horas).