Hay imágenes que siempre permanecen en la retina, recuerdos imborrables que marcan una vida irremediablemente. Jakub Blaszczykowski (Czestochowa, 30 años), la estrella de la selección polaca junto a Robert Lewandowski, tiene también su trauma particular.

A los 11 años, el pequeño Kuba --diminutivo polaco de Jakub-- vivió una escena desgarradora en el comedor de su casa. Su padre, Zygmunt, estaba fuera de sí y liquidó una discusión con su madre, Anna, asesinándola a puñaladas. El niño sostuvo en brazos a su moribunda madre y prometió rendirle homenaje toda la vida. Zygmunt fue condenado a 15 años de cárcel. Kuba se fue a vivir con su abuela junto a su hermano mayor y jamás quiso saber más de su padre, puesto en libertad tras cumplir la condena. El último contacto con su progenitor fue en el 2012, cuando le avisaron de que había muerto y fue al funeral.

"Sé que este recuerdo me va a acompañar el resto de mi vida. Daría todo lo que fuera a cambio de que mi madre estuviera viva. Fue terrible, como si una roca hubiera caído sobre mi cabeza y una semana después despertara y tuviera que comenzar de cero como si nada hubiese ocurrido", rememoró el jugador.

Su tío Jerzy Brezczec, excapitán de la selección polaca, le acercó al balón y Kuba encontró en el fútbol su válvula de escape. En esta Eurocopa ya se ha repetido dos veces el mismo momento: Blaszczykowski, de rodillas sobre el césped, mirando al cielo y apuntado con sus dedos arriba, hacia el cielo.

Allí se encuentra su madre, a la que dedica todos sus goles. El exjugador del Dortmund, ahora en la Fiorentina, es muy querido en su país por su carácter y calidad. En el 2012, en la Eurocopa disputada precisamente en Polonia, fue el capitán de su selección y las calles estaban llenas de pósters con su imagen, a la altura de Lewandowski, la gran estrella.

Sus primeros pasos de renombre los dio en el Wisla de Cracovia, pero su gran salto llegó cuando le fichó el Borussia Dortmund (2007-2015) por tres millones de euros. Destacó en la banda derecha con Jürgen Klopp al frente del equipo y el pasado año se marchó a Florencia. En la Eurocopa está brillando con su selección, pero en su cabeza siempre permanecerá ese trauma. "Nunca voy a entender qué pasó aquel día, siempre me voy a preguntar '¿por qué?' Hasta el final de mi vida", concluye.