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Una calle o una plaza en algún punto de Zaragoza es el escenario de decenas de artistas que buscan darse a conocer durante las fiestas del Pilar. Danza, música callejera, teatro o circo son las distintas disciplinas en las que participan las personas y compañías artísticas que se exhiben en el XIII Concurso Off de calle durante el 13, 14 y 15 de octubre.

Teatro y acrobacias

Ayer le tocó el turno a la compañía Teatre Frenesí, que presentó la obra Palabras en los bolsillos. Al escenario que se montó en el balcón de San Lázaro, junto al puente de Piedra, salió una joven risueña con las mejillas coloreadas, llevando varias faldas sobre faldas y hablando con acento francés. Se presentó como Espinota a las decenas de niños y mayores que se acercaban al balcón para escucharla.

La joven afirmó ser una «regaladora de palabras», portando 49 faldas con cientos de bolsillos en los que las guardaba. Para demostrarlo, extrajo varios papeles de sus bolsillos con frases escritas e invitó a los espectadores a participar en las distintas escenas que representó durante su función.

Así, dos jóvenes del público representaron una pelea verbal leyendo sus respectivos papeles, reconciliándose posteriormente, y una niña fue la protagonista de una historia en la que no podía hablar en ningún momento.

Las palabras más estrambóticas arrancaron genuinas risas cuando la mujer se lanzó a exclamar algunas que no se usan a menudo, como «cucurbitáceo». Más excéntricas, o incluso más simples las palabras, más carcajadas provocaban a los niños, que disfrutaron cuando la pareja de jóvenes tuvo que insultarse con comentarios como «ojos de sapo» o «bocachanclas».

Con solo las palabras y una gran maleta, la actriz se decidió a cantar y a contar historias. Tampoco le faltó imaginación cuando careció de personajes e hizo que el público interpretara a un bosque, o cuando hizo de un atril, un frondoso roble.

Una hora después y cruzando el puente de Piedra, el concurso Off de calle continuaba en el anfiteatro del Club Naútico. Los bancos se llenaron y en las vallas que lo rodeaban se acumuló la gente antes de que el espectáculo comenzara siquiera.

En el improvisado escenario, una barra de metal de varios metros de altura. Cuando te miro desde las alturas, tiene como protagonista a una sola persona, el joven Milki Lee, que se situó junto a la barra y realizó una apasionada coreografía al ritmo de la música. Lo que la audiencia esperaba, que se subiera a la barra, lo obtuvieron nada más empezar la actuación.

El bailarín se colgó de la estructura circular en la que finalizaba la barra y se deslizó por ella velozmente para bajarse, consiguiendo provocar algún que otro susto del público. Las diversas acrobacias le llevaron a colocarse bocabajo o a sujetarse con una sola mano.

Los espectáculos formaron parte de Off de calle, que continúa hoy mañana y tarde. Un jurado concederá al mejor espectáculo la posibilidad de actuar en las próximas fiestas del Pilar.H