Una ciudad y un mundo más libre, igualitario y fraterno. Eso pretendían conseguir la banda Ixo Rai, que se reunió ayer noche por primera vez desde su disolución hace quince años para cantar el Somos de Labordeta. Junto a La Ronda de Boltaña, los artistas actuaron frente a una multitud que abarrotaba la Plaza del Pilar desde las 20.00 horas.

«La libertad y la fraternidad no la aguantan las leyes, solo podemos construirla entre todos y todas», declaró el grupo, que explicó que la canción del cantautor zaragozano debía «ayudar» a lograr ese objetivo. La actuación de la Ronda de Boltaña fue la última de la lista de conciertos gratuitos celebrados en las fiestas, donde también conmemoraron su 25 aniversario acompañados en el escenario por otros grupos.

«Estos artistas que tenéis en casa nos regalan Baxando t’a escuela» dijo la banda para presentar a La caja de música, el coro de niños del conservatorio de Sabiñánigo. Los niños no fueron los únicos en salir al escenario; también estuvieron presentes Jazz for Fun o el sexteto de Joaquín Pardinilla.

La artista María José Hernández trajo Mermelada de moras a un público que la cantaba con igual entusiasmo que ella. Y claro está, La Ronda de Boltaña también tocó canciones como La caracola, La condesa de Sobrarbe, Teruel existe o Hacia la flor de nieve. La Ronda aseguró que cumplían 25 años «para que las ganas no se hayan perdido todavía» y «lo que les quedaba aún por vivir», antes de comenzar a cantar El país perdido y corear un gran «seguimos aquí».

UN CANTO UNIDO

Los presentes, apurando la cena o con cervezas en mano, cantaron juntos sus canciones con claro sabor aragonés. Pero un año más fue la canción de Labordeta la más esperada. Todos los artistas subieron al escenario junto a los Ixo Rai como protagonistas, que aseguraron que venían «por amistad» y que estarían «encantados de venir para el 50 aniversario», ocasión para la que prometían volver a unirse.

La plaza cantó a coro Somos de Labordeta, y con banderas aragonesas alzándose entre la multitud y luces rojas y amarillas iluminando el escenario, la intención de lograr ese sentimiento de fraternidad pareció surtir efecto con una sola canción.

La Ronda de Boltaña celebró un concierto con amigos que puso el broche final a la gala musical de las fiestas. Sin embargo, aún quedaba algo por hacer. Como todos los años, el público fue consciente de que tenía que mirar al cielo a las 22.00 horas y por ello se desplazó al Puente de Piedra en busca de buenas vistas. Con fuegos rojos y amarillos para simular la bandera de Aragón comenzó la ronda de fuegos artificiales que preparó la Pirotecnia de Zaragoza para despedir las fiestas.

Veinte minutos de color en los que los fuegos cayeron en tonos violetas, verdes, rojos y azules, con pausas que permitían aplaudir o expresar los clásicos comentarios como «¡qué bonitos!».

La traca de fuegos tomó rapidez en su final, sin conceder ninguna pausa, y su adiós dibujó de nuevo la bandera aragonesa en el cielo. Un final para las Fiestas del Pilar lleno de color que deja en miles de personas una sensación de fraternidad, pero también de expectación por las fiestas del próximo año.