Dos minutos antes de las ocho de la tarde, las luces de las farolas se apagan. Un niño exclama: «Ya empieza». Ese mensaje da voz al entusiasmo que se palpa en el ambiente.

Las tres fuentes del Parque José Antonio Labordeta tiñeron ayer el agua de distintos colores al ritmo de la música de Prince. Llenos los bancos, el público se colocó en las barandillas de las escaleras, se sentaron en los bordillos de las fuentes o simplemente se quedaron de pie, preparados para inmortalizar el color de las fuentes con sus móviles.

El espectáculo comienza. Los chorros de agua saltan en todas direcciones, se cruzan, se tiñen de azul, amarillo, verde, mientras Prince habla oportunamente de bailar y de divertirse en las fiestas, cantando «so tonight I’m gonna party like it’s 1999».

Algún niño atrevido se anima a bailar. Montse y Amelia han venido desde Barcelona y era la primera vez que veían el espectáculo. «Es muy bonito», reconocían, para luego añadir que sabían que era Prince por la guía, pero «alguna canción hubiéramos reconocido».

Sentada en el banco, Esther estaba con una amiga. Tiene 63 años y había estado otras veces, pero entonces la música que sonaba por los altavoces era clásica y la de ahora «es muy moderna» para ella, dijo.

La música se volvía lenta y las fuentes iban frenando. Prince cantó la controvertida Sexy MF y Sign O’ The Times. Los altavoces colocados en cada farola recitaban ahora Purple rain obligando al público a relajarse con la voz del cantante estadounidense.

Media hora después, la música finalizó, las farolas volvieron a encenderse y las fuentes retomaron su camino habitual, esta vez sin colores. Hoy será el último día para poder disfrutar de esta actuación, que empieza a las 20.00 y que esta noche conmemora a Keith Emerson y Bernie Worrell. H

eparagon@elperiodico.com