Quizá no se ha batido el récord, pero si algo ha quedado de manifiesto es que la Virgen del Pilar tiene mucho tirón. Por oferentes, unos 275.000, por observantes, por flores (8 toneladas), por forma de llegar hasta ella (caminando, por agua, desde el aire...) y por la climatología; y es que sobre las ocho y veinte la lluvia obligó a paralizar el desfile unos minutos pero se reanudó en cuanto se pudo y sobre las nueve menos cuarto se pusieron los ramos.

La ofrenda algo más de trece horas, en las que alrededor de 275.000 personas --entre grupos (más que nunca, hasta llegar a 621) y personas-- dejaron sus flores a los pies de la virgen. "Son datos reales, no exagerados", reivindicó el consejero de Cultura Fernando Rivarés. En este 2015, se han sumado 74 nuevos grupos y se ha contado con la participación de 18 países. Además, alrededor de medio millón de personas pasó ayer por la plaza del Pilar.

Y en cuanto a flores, a las 18.00 horas, había seis toneladas "pesadas"; por lo que al final, se esperaban unas ocho toneladas, que tejen un manto lleno de deseos porque, quien más o quien menos, a los pies de la virgen, pide salud, trabajo o protección. A partir de hoy, se abre la pasarela de fotografía. Las reservas ascienden a 9.300 y está prácticamente completa la agenda.

Al final, hasta la lluvia hizo su acto de presencia y lo hizo casi casi diluviando durante la última hora de ofrenda, pese a que durante todo el día parecía lo contrario. A las 07.30 horas el grupo de la Asociación Las Bajeras de Pinseque fueron los encargados de abrir el desfile y de cerrarlo los de Zaragoza Roller y El Cachirulo y el grupo de voluntarios, eso sí, lo tuvieron que hacer a la carrera; y justo después que tuviera que pararse debido a la lluvia.

Una ciudad cívica

El retraso a lo largo del día fue de alrededor de 45 minutos por "eficiencia organizativa" y por el "creciente civismo de los zaragozanos, que facilitan el trabajo de los que colocan las flores y hacen menos lenta la ofrenda. Somos una ciudad cívica".

La anécdota la de jornada la protagonizó la falúa Félix de Azara, que tuvo un fallo en el motor y como iba sin ancla, obligó al cuerpo de bomberos a intervenir y recoger a los oferentes de la ofrenda fluvial. Eso sí, sin más incidentes.

El alcalde

Junto a Fernando Rivarés, comparecieron para hacer un balance de la jornada Saúl Esclarín, director general de Cultura, y el alcalde, Pedro Santisteve, quien por primera vez desfiló ante la Virgen del Pilar y lo hizo con un traje de labrador que le prestó un amigo. Santisteve mostró su satisfacción por lo bien que salió la jornada y por colaborar con los 150 voluntarios que han hecho posible que "sea un éxito. Me lo he pasado muy bien" incluso recogiendo flores de los oferentes y colocándonos en la estructura. Y es que el alcalde disfrutó "mucho con los trabajadores, con el afecto de la gente", que "le hacía ilusión ver al alcalde. La verdad es que he estado muy a gusto y he disfrutado".

Ese trabajar cree que no sentará mal al resto de concejales "porque lo he hablado con ellos y si no se han quejado los que están implicados no creo que lo haga el resto, además no ha habido ningún problema de protocolo. Yo he querido estar con el pueblo", concluyó.

Preguntado por la polémica creciente en las redes por no haber participado en la misa de 12 y, sobre todo, por no haber gritado "Viva la Virgen del Pilar" durante el pregón, dijo: "Carmen París ya hizo bastantes alusiones a la virgen y son ganas de polemizar por polemizar. No hay que darle más vueltas".

El futuro

Terminada la ofrenda llega el momento de valorar y pensar ya en la del próximo año, donde podría haber variaciones, ya que se podría mover la estructura hacia el centro para que en lugar de dos entradas pudiera haber cuatro entradas de oferentes.

Pero no hay nada pensado ni estudiado. De hecho, desde el Ayuntamiento de Zaragoza se ha elaborado una encuesta con "preguntas muy concretas" que habrá que valorar, pero sí de señaló que "los cambios de la ofrenda los tiene que decidir la ciudad".

Lo que Rivarés tiene claro es que la ofrenda seguirá siendo el 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar; y que no volverá el graderío porque eso es "privatizar espacios"; mientras que desde esta corporación se quiere llevar la fiesta a toda la ciudad --ahora a los barrios-- con "espacios más pequeños en todos los distritos"; y que el río se convierta en una calle más, que las "fiestas abracen el río".

El alcalde Pedro Santisteve no olvida su pasado de abogado penalista, en favor de los derechos de las personas encarceladas. Por eso, no quiso pasar la oportunidad de invitar a la gente a "tomar la calle" y de recordar "a los que no pueden celebrarlas bien por enfermedad, ancianidad, penuria económica o privación de libertad".