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Las fiestas encaran su recta final y nada mejor que reponer fuerzas tras una intensa semana de actividades antes de volver a la normalidad. Dentro de la renovada oferta gastronómica de estas Fiestas del Pilar, las casetas de la plaza Aragón continúan siendo una buena alternativa para los amantes de los sabores de siempre. Las Casas Regionales ofrecen en este espacio un recorrido por los mejores platos de su gastronomía, además de bebidas y muestras de folclore, sin moverse del centro de la ciudad.

Raciones de calamares a la andaluza, paella valenciana, callos a la madrileña, picadillo de Soria, fabes asturianas con almejas, migas castellanas, pulpo a la gallega, sardinas del cantábrico o papas canarias con mojo picón, comparten espacio con las tablas de embutidos y curados de Castilla La Mancha, Castilla León, Extremadura o Navarra.

Todo ello se completa con raciones de morro, costillas, morcillas, longaniza, chorizo y careta asada y, de postre, los churros, porras y buñuelos de la Casa de Valencia.

Las opciones son para todos los gustos y también para todos los bolsillos. Desde los 2 euros de la empanadilla de picadillo de Soria o la patata asada con ajoaceite de la Casa catalana, hasta los 6 de las anchoas de Santoña, el plato de pulpo y lacón o las patatas con queso de cabrales. Pasando por los 3,5 euros del plato de migas de Teruel o de las hamburguesas y bocatas de la Casa de Castilla y León, que son algunas de las opciones más económicas.

Una parada obligada

El torrezno a 2,5 euros es uno de los productos estrella de la Casa de Soria que ayer, a mediatarde, era una de las más concurridas. Su encargado, José Antonio Pastor, hacía un balance positivo de la semana. «Ha ido bastante bien, aunque la lluvia y el que no hubiera puente se ha notado», aseguraba. No obstante, en la Casa de Valencia se lamentaban que no hubiera acudido tanta gente como esperaban. «Ha sido mucho más flojo que el año pasado», señalaba el tendero.

A las 7 de la tarde daba comienzo la primera de las actuaciones en el escenario situado en el lado de Capitanía, la de un grupo de gaiteros de Castilla La Mancha. Antes, en la Casa Andaluza, un grupo de espontáneos ataviados con su traje típico se habían arrancado con unas sevillanas.

«Venimos a las casas regionales porque me han dicho que el torrezno de Soria está buenísimo y el picadillo también», comentaba Conchi Calvo, que reconocía que era la primera vez que recalaba en este espacio. Lo mismo que Ana Camons, que degustaba junto con dos amigas un plato de papas en la casa de Canarias. «Hemos venido a tomar y a picar algo porque la idea es cenar luego por ahí. Es la primera vez que venimos, antes éramos más jóvenes y salíamos más pero ahora estamos probando cosas nuevas».

Miguel Carnicer y su familia repetían en las casetas regionales. «Sabemos que está bastante bien y hemos venido de propio a merendar», decía mientras daba cuenta de unas copiosas raciones de pulpo y de chorizo asado. H