Volvió a hacerlo, sí. Parecía difícil, casi imposible, sobre todo después de haberlo hecho siete días antes en Hungría. No parecía que el alemán Nico Rosberg (Mercedes), que ha ido perdiendo fuerza a lo largo de las últimas carreras, se dejase sorprender, de nuevo, por su compañero de equipo, el británico Lewis Hamilton, ya líder desde la carrera de Hungaroring. Rosberg, en una vuelta espectacular, logró el sábado la pole position del Gran Premio de Alemania, que disputado en Hockenheim, y nadie, nadie, creyó que volvería a ser sorprendido por Hamilton. Pero lo fue. Sí, lo fue.

Y no solo fue sorprendido por Hamilton en la arrancada. También lo fue, incomprensiblemente, por los dos Red Bull-Renault del australiano Daniel Ricciardo y el jovencísimo holandés Max Verstappen. Y ahí estuvo el viacrucis, la carrera, la remontada, la pelea (fue penalizado con 5 segundos por el duro adelantamiento que tuvo que hacer a Verstappen), la pelea de Rosberg, que en ningún momento tuvo opción de alcanzar, ni siquiera acercarse a Hamilton, que no solo ganó sino que abrió un hueco de 19 puntos (casi un triunfo) frente a su compañero, que llevaba más de media temporada mandando.

Ahora, cómo no, manda Hamilton porque la crecida, la extraordinaria crecida técnica y de potencia de motor, gracias a Renault, de Red Bull, no solo pudo con Rosberg (Mercedes) sino que ha relegado a la mismísima y poderosa Ferrari al tercer puesto de los constructores.

La carrera, en la que el asturiano Fernando Alonso (McLaren-Honda) fue 12° y el madrileño Carlos Sainz (Toro Rosso-Ferrari), 14°, fue un dominio insultante de Hamilton, que ha enlazado cuatro triunfos consecutivos (Austria, Inglaterra, Hungria y Alemania) antes de irse de vacaciones, del mismo modo que Rosberg empezó el año arrasando, ganando los cuatro primeros grandes premios: Australia, Bahréin, China y Rusia.

Fernando Alonso calificó de "regular" la carrera. "No estamos en los puntos, que era el objetivo, así que en ese sentido ha sido un pena. Pero estoy contento con la primera parte del año", explicó el asturiano. Más enfadado estaba Carlos Sainz: "Un desastre. No estoy nada contento, sobre todo cuando te pasas tres o cuatro vueltas intentando pasar a un Williams, lo logras, haces el pit stop y vuelves a salir cuatro segundos por detrás".