La boda se desarrolló tal como se había prometido. Fue una mezcla de los dos mundos que representan los novios. Se aunaron la realeza con las celebridades del mundo del cine, el deporte, la moda y la música. Un desfile de famosos que nada tuvo que envidiar a la alfombra roja de los Oscar o d elos Bafta para deleite del público que aplaudía y vitoreaba a las estrellas.

Oprah Winfrey y el actor Idris Elba fueron madrugadores. Les siguieron George Clonney y su mujer Amal, con un espectacular vestido amarillo de Stella McCartney y pamela a juego. Al poco llegaron David Beckham de chaqué gris, y su esposa Victoria. La diseñadora eligió una de sus creaciones de color negro, más propia de un funeral que de una boda primaveral. El actor Tom Hardy sorprendió con la cabeza completamente rapada, y ya en el templo se le vio charlando animadamente con su colega inglés, el showman James Corden. La tenista Serena Williams (en rosa, de Versace), gran amiga de la novia, no se quiso perder la boda, al igual que el cantante Elton John, que tuvo una estrecha relación la princesa Diana y la mantuvo posteriormente con los dos hijos de la princesa.

ELTON JOHN CANTÓ PARA LOS NOVIOS / El cantante británico cantó en la recepción celebrada ayer. «El príncipe Enrique pidió a Sir Elton John que actuara en la recepción ofrecida por su majestad la reina en el salón de San Jorge, en el castillo de Windsor», se indicó en el comunicado divulgado ayer por el palacio de Kensington. «Sir Elton John actuó para el matrimonio en reconocimiento a la fuerte conexión que le une con el príncipe Enrique y su familia», agregó la fuente. Elton John fue nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico en 1996 por su brillante carrera musical.

Los hijos de Diana no olvidaron a la familia de su madre. Su tío, el polémico conde Charles Spencer, fue uno de los primeros en llegar.

La hermana de Diana, Lady Jane Fellowes, se encargó de una de las lecturas en la ceremonia. Pippa Middelton, ahora señora de Mattews, lució embarazo con uno de esos vestidos floreados que solo las inglesas se ponen.

No faltaron tampoco dos exnovias del príncipe Enrique, Chelsy Davy y Cressida Bonas. Entre los invitados estuvo también Amelia Thompson, de 12 años, una de las víctimas que sobrevivió al ataque terrorista de Manchester Arena, hace casi un año. Amelia tenía dos invitaciones y le dio una a la abuela de Olivia Campbell-Hardy, que murió en el ataque. Finalmente Kensington proporcionó una tercera a la madre de la niña.

Los recién casados recorrieron en carruaje descubierto tirado por caballos las calles del centro de Windsor. La Policía había pedido que no se arrojaran confetis, ni cosa alguna a los novios, por motivo de seguridad. La primera celebración estaba ya en marcha en el vestívulo del castillo de Windsor. El palacio de Kensington confirmó que, rompiendo también en esto con la tradición, la novia pronunciaría un discurso durante el banquete, costumbre reservada a los hombres. La localidad de Windsor, de 30.000 habitantes, no perdió la oportunidad de exhibir sus mejores galas y coloreó sus paisajes con miles de personas que siguieron de primera mano todo el espectáculo que rodeó a la ceremonia.

MILES DE FANS / En los alrededores del castillo, el lugar de descanso favorito de la reina Isabel II de Inglaterra, abuela del novio, cerca de 120.000 personas se dieron cita desde antes incluso de que saliera el sol, con la intención de no perderse ni un solo detalle y poder grabar en sus memorias la señalada fecha del calendario real británico.

Los curiosos, agolpados en las inmediaciones del castillo, no dudaron en exponer sus banderas del Reino Unido, así como objetos de todo tipo, desde coronas, bufandas, caretas, gafas de sol, todos ellos decorados con los colores nacionales. El fervor británico por la corona no ha hecho sido sino crecer tas este enlace. Ha quedado claro que Meghan ha entrado pisando fuerte en la corte de los Windsor.