La actriz Diane Keaton salió el pasado lunes en defensa del cineasta Woody Allen, en el centro de la polémica por abusar presuntamente de su hija adoptiva Dylan Farrow en 1992, y aseguró que sigue creyendo en su inocencia. «Woody Allen es mi amigo y continúo creyendo en él», dijo Keaton, una de las grandes musas del realizador neoyorquino, en su cuenta de Twitter.

Dylan Farrow, la hija adoptiva de Woody Allen y Mia Farrow, que ahora tiene 32 años, ofreció su primera entrevista en televisión a mediados de este mes, en la que reafirmó sus acusaciones contra el cineasta. El director Woody Allen, por su parte, volvió a insistir en negar todas estas inculpaciones.

Las declaraciones de Diane Keaton se unen a las recientes afirmaciones de Alec Baldwin, que aseguró que «renunciar» a Woody Allen es «injusto y triste». Sin embargo, Keaton y Baldwin son solo una minoría en Hollywood. Rebecca Hall y Timothée Chalamet han donado sus sueldos correspondientes a sus papeles en películas de Allen. Y Colin Firth y Greta Gerwig han segurado que se arrepentían de haber trabajado a sus órdenes.

Asimismo, Kate Winslet admitió el pasado domingo, en un encuentro con críticos de cine en Londres, que lamenta las «malas decisiones» que tomó al haber trabajado con ciertos cineastas, si bien no los mencionó directamente.