Los habitantes chinos celebran hoy la entrada al nuevo año -el 4716, en su calendario-, la fiesta tradicional más importante del país asiático, que tiene al signo del perro como figura central. Esta festividad, que se llega a celebrar en una cuarta parte del mundo, se prolongará hasta el 2 de marzo, un total de 15 días donde las familias chinas abanderan mediante rituales la transición del año del gallo de fuego al año del perro de tierra con el fin de atraer la dicha y la buena fortuna en este 2018 (o 4716).

El horóscopo chino asocia cada signo del zodiaco con un animal (buey, tigre, mono...) y les asigna un año en concreto en función del calendario lunar, definido por astrónomos chinos para determinar los ciclos de la agricultura. Por eso también se celebra el año nuevo más tarde. Concretamente, con la aparición de la primera luna nueva del calendario lunar, periodo que suele oscilar entre el 21 de enero y el 20 de febrero.

A diferencia del gallo, que ha sido generoso con los más trabajadores durante el último año, la figura del perro promete mejores momentos para el amor y la salud. Según las creencias chinas, el perro simboliza el compromiso fiel y la lealtad hacia el prójimo, y todos aquellos nacidos bajo su manto se caracterizan por su honestidad y su humildad, con lo cual se espera que sea un gran año para consolidar relaciones interpersonales.

Al ser una fiesta oficial nacional, la mayoría de los trabajadores en China tienen vacaciones durante siete días. El año nuevo es una celebración marcada por las reuniones familiares, y esto provoca un gran éxodo de las ciudades a los pueblos rurales, una migración sin precedentes en número durante ningún otro periodo del año.

A partir de hoy, los chinos abrirán las puertas y ventanas para que salga el año anterior y se lleve todo lo malo. Los dragones serpentearán por las calles bajo farolillos y demás ornamentos mientras el cielo se llena de fuegos artificiales. También desfilarán leones para ahuyentar a los malos espíritus. El color rojo predominará por doquier por dar buena suerte. Nadie hablará del pasado porque atrae la mala suerte. Ni se castiga a los niños. Los actos tradicionales culminarán con el festival de los faroles mientras comen bolas de arroz típicas.