El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, aseguró el jueves en el funeral en memoria de Carmen Franco que la única hija del general Franco «no conoció el miedo, ni el rencor» durante su larga vida y elogió su «humildad y sencillez» ante las decenas de personas allí presentes. La misa fúnebre de Carmen Franco, que falleció el 29 de diciembre a los 91 años debido a un cáncer, tuvo lugar en la iglesia de San Francisco de Borja, en la madrileña calle Serrano, ante la presencia de familiares, amigos y numerosos allegados que abarrotaron el templo.

En la homilía, Cañizares destacó la figura de la hija del dictador, de quien elogió «la delicadeza de su trato». «Todos la queríamos y ella quería a todos. [...] Se fue sin hacer ruido. Pasó por la vida de puntillas, sin una mala cara, con la sonrisa en los labios. Aprendió a ser fiel en un mundo hostil», valoró el arzobispo.

Entre los asistentes a su último adiós estuvieron los siete hijos que la fallecida tuvo con el médico Cristóbal Martínez-Bordiú, que murió en 1998. También asistieron los nietos, entre ellos Luis Alfonso de Borbón.