A Mussa la rescataron de los cazadores furtivos y el piloto Anthony Caere se encargó de llevarla a la reserva para primates Lwiro, en el Parque Nacional de Virunga (en la frontera oriental de la República Democrática del Congo).

En lugar de transportarla en una jaula en la parte trasera de la avioneta, Caere la cogió en su regazo y fue todo el trayecto con la cría de chimpancé en brazos, abrazándola y haciéndola arrumacos para que estuviera tranquila. "Un bebé necesita abrazos y compasión y no estar encerrado durante un vuelo estresante", ha escrito el tierno compañero de Mussa.

ABRAZOS Y CARANTOÑAS

En el vídeo que ha compartido en su cuenta de Instagram, se aprecia al piloto en la cabina de la avioneta junto al pequeño primate desplazándose por la aeronave hasta que prefiere ir en los brazos de Caere, que incluso llega a espulgar a la cría tal como hacen habitualmente los primates.

El vuelo duró cinco horas hasta que llegaron al centro de rescate y rehabilitación de Lwiro, donde dos cuidadores acogieron a Mussa.

Al final, el piloto se despide con esta agridulce reflexión: "Esto se ve lindo pero en realidad es una historia triste. Mussa debería estar con su madre... ¡Pero feliz de poder darle un nuevo hogar! ¡Gracias a todo el equipo!".