Kim Kardashian siempre va impecablemente bien maquillada. Es la impulsora del 'contourning', la técnica del maquillaje correctivo que ensalza con claroscuros los rasgos más bellos de la cara. Pues bien, gracias a unas fotografías que ha publicado en Instagram su maquillador favorito, Mario Dedivanovic, ahora sabemos que la 'celebrity' también se pasa la brocha por todo el cuerpo, incluso hasta sus partes íntimas.

"Hay que ir siempre preparada", debe de pensar la estrella, acostumbrada a llevar conjuntos con pocos metros de ropa, ceñidos, embutidos y cortos. Si a Kim le da por agacharse, no hay peligro, sus muslos se verán perfectamente estilizados y morenos gracias a la maestría de Mario con los pinceles.

COMO EN EL GINECÓLOGO

Las fotos de la sesión en cuestión son de hace una semana. En las tres se la ve encantada y relajadísima en un camerino que bien podría confundirse con la consulta de un ginecólogo, a juzgar por las posturas que adopta la esposa del rapero Kaney West. Con el pelo mojado y unas pinzas de colores para recoger su pelo mojado aún por arreglar, la más famosa del clan Kardashian sonríe y saca la lengua mientras se deja hacer.

"¿Pensábais que solo trabajo en la cara?", escribe el maquillador mientras se esmera con las sombras en la entrepierna de Kardashian.

ASESOR Y AMIGO

Y es que Mario Dedivanovic es su asesor y su amigo. Fue a él a quien recurrió la estrella para que realzara su belleza natural el día de su boda. Conoce las curvas del rostro de la empresaria al milímetro, hasta con los ojos cerrados, además de ser el responsable del 'contourning' más imitado del mundo. Es su colaborador más directo en sus famosos tutoriales de belleza. De hecho, hace dos años, en julio del 2015, Kim echó a andar como 'bloguera' con una una 'masterclass' del prestigioso profesional en que ella hacía de conejillo de indias.

El auditorio de Pasadena (California) estaba rebosar. Mil fans habían pagado cerca de 300 euros para asistir a una sesión casi de magia: ver en directo la transformación de la Kardashian, que entró 'con la cara lavá' y salió tan sofisticada como acostumbra a posar en Instagram.

En un plisplás de casi cuatro horas, Dedivanovic definió mandíbula, afinó nariz, resaltó pómulos y exageró los rasgos atigrados de la 'celebrity', entonces embarazada de cinco meses de su hijo pequeño, Saint West.