A Laura Pausini (Faenza, Italia, 1974) te la llevarías a casa. Su voz llega familiar, sin filtros. Como en la tele. Es la primera vez que uno habla con ella y, sin embargo, te hace sentir como si te conociera de toda la vida. Esta conversación telefónica se produce con motivo de su próxima gira Hazte sentir World Tour, que la llevará a Barcelona y Madrid en otoño, el 17 y 18 de octubre. Sus directos se inician el 21 y 22 de julio en un escenario histórico: el Circo Máximo de Roma.

--Debemos felicitarla, ¿no? 44 años recién cumplidos. Tauro.

--Y terca como una mula.

--¿Su música es tan terapéutica como dicen, doctora Laura?

--Nunca sé el alcance que pueden tener las palabras que compongo, aunque también he sentido ese poder con otros músicos que me hicieron explotar de rabia o me hicieron enamorar... Me gusta ser protagonista de la vida de alguien a través de una canción.

--Inicia la gira como gladiadora.

--En el Circo Máximo de Roma, sí. Soy la primer mujer que cantará ahí. Imagínate cómo me siento. Ahí no ha cantado mucha gente, los Rolling Stones y Pink Floid. Serán dos noches entre esas antigüedades. Para alguien que ha estudiado restauración y quería ser arquitecto es lo más.

--¿Tiene cerrada la lista de canciones?

--Estamos ensayando y probando ahora con la banda. El otro día agregué dos canciones más. El espectáculo que voy a presentar en Roma, visual y musicalmente, será idéntico a lo que verán en Madrid y Barcelona en octubre, cantado en español obviamente. Voy a viajar con el mismo show en todo el mundo. La última vez tuve que cancelar en España por una traqueítis, así que es mi reencuentro después de cinco o seis años sin cantar en vivo.

--¿Me parece a mí o es su disco más bailable?

--Lo es. Y se debe a que el año pasado estuve viviendo en Miami con mi hija y mi marido y allí no se oyen baladas en las emisoras de radio, todo son ritmos latinos, hace sol siempre... y ahí compuse algunas letras. Aunque las más profundas surgieron en Roma.

--Son 14 canciones con un trasfondo real.

--Son 14 historias verdaderas en las que los protagonistas tienen que hacer una elección. No son todas autobiográficas, pero cuando las canto trato de ser la voz del protagonista, trato de comprender por qué tomo esa decisión.

--Dedicado, dice, a las personas con miedo a expresar cómo son realmente. ¿Hay mucha máscara puesta? Lo dice también como jurado en programas como ‘La Voz’ y ahora ‘Factor X’.

--Desafortunadamente, estoy convencida de eso. Yo también era así cuando era más joven. Por suerte no lo era cuando cantaba, porque ahí es donde me he sentido más libre. En mis relaciones yo trataba de acercarme a la imagen que ellos querían ver, no a quien era yo. Y cuando seguía mi instinto me regañaban y me decían que no les gustaba. Eso no es amor ni respeto. Si no te gusto, adiós. Seguir el criterio de los otros es un error. Y una pérdida de tiempo.

--Lleva 13 años con Paolo Carta. ¿La fórmula?

--Nosotros hemos encontrado nuestro equilibrio. Aunque viajamos juntos, comemos juntos y trabajamos juntos hemos peleado por tonterías cuatro o cinco veces. Él es mi opuesto, obviamente. Es un hombre 10 años mayor que yo, un hombre que ha cumplido sus sueños antes de conocerme y me deja ser muy libre, muy como soy yo. Por eso también he titulado este disco Hazte sentir. Y aunque no estemos de acuerdo en ciertas cosas, no me siento en el deber de cambiarlas. Ese es, creo, nuestro secreto.

--Su hija Paola, por lo que contó en ‘Chester’, fue muy deseada.

--Fíjate: tiene ya dos pasaportes y yo no tuve el primero hasta los 18 años, cuando gané en San Remo. Ella viaja con nosotros, pero en septiembre empieza primaria, así que estamos viendo cómo nos organizamos.

--¿Qué cosas de usted ve en su hija?

--El carácter es el mío. Es extrovertida, habla mucho y le gusta todo lo artístico.

-¿Se siente querida en España?

--Es increíble lo que me ocurre. La gente me mira diferente. Se acercan y me hablan como a una amiga. Y eso es supongo por las tonterías que hago y digo en televisión. Yo amo esto. Porque la primera canción que yo canté se llamaba La soledad y es lo que más miedo me ha dado siempre. No quiero estar sola nunca.