El parque de atracciones Legoland, situado en el sureste de Inglaterra, ha presentado un modelo en miniatura de la boda real que tendrá lugar el próximo 19 de mayo entre el príncipe Enrique y la ya exactriz Meghan Markle en el castillo de Windsor. Una escena construida por un equipo de once expertos que usaron casi 60.000 piezas de ladrillos Lego y necesitaron un total de 752 horas para su elaboración.

La réplica incluye unas figuras de príncipe Harry y una Meghan Markle, con su vestido de novia y velo. La pareja viaja en un carruaje hecho de ladrillos y arrastrado por caballos a lo largo del paseo largo de Windsor Great Park hacia el castillo, rodeado por 500 espectadores, recreando la procesión de la vida real prevista para el próximo sábado 19 de mayo.

La escena se completa con modelos en miniatura de la reina Isabel y el duque de Edimburgo, junto con el padrino, el príncipe Guillermo, su esposa Kate y sus hijos, el príncipe Jorge y la princesa Charlotte, y los padres de Meghan Markle.

Mientras tanto, se ultiman los preparativos para este gran acontecimiento. De hecho, hasta el vestido de novia se encuentra ya a buen recaudo en el castillo de Windsor. La actriz ha conseguido guardar el secreto sobre quién firma el diseño que llevará en ese día tan especial y no será hasta el mismo día de la boda cuando se descubra si finalmente es Ralph & Russo, Erdem o Alexander McQueen el elgido.

Para esta elección, se ha sabido que la futura esposa del príncipe Enrique ha contado con la ayudad de varios asesores de Kensington Palace así como de algunas de sus amigas. Pero son varios los medios que ha recogido que a la novia le queda una última prueba por superar. Y es que, cumpliendo con la tradición, la joven tendrá que mostrarle en los próximos días el diseño a Isabel II para que esta le dé el visto bueno. Así pasó con Kate Middleton, quien días antes de la boda le mostró a su abuela política el diseño de Alexander McQueen con el que después brilló en la abadía de Westminster.