La serie ‘Sé quién eres’, de Pau Freixas, finalizó esta noche con un desenlace lógico que se acerca mucho a la realidad que nos circunda: los malos, los corruptos, casi siempre ganan. No se trata de un ‘happy end’ al estilo de Hollywood, sino más bien al de algunos policiacos nórdicos. Un excelente guion que no ha sido traicionado por un falso final feliz.

El lector que aún no haya visto el capítulo 16, un verdadero largometraje de casi dos horas de duración, y que Tele 5 prolongó hasta casi la 1 de la madrugada, ha de tener en cuenta que este texto contiene POSIBLES SPOILERS o detalles que pueden destripar la trama. Si es así, es preferible que no siga leyendo.

Juan Elías (Francesc Garrido) y su hijo Pol (Àlex Monner).

Veamos los antecedentes del capítulo: desde hacía ya varios episodios, se sabía que Juan Elías (Francesc Garrido) había recuperado la memoria justo en el momento en que descubría a Ana Saura (Susana Abaitua) en el sótano de la masía de Héctor Castro, un recinto enrejado que contenía los archivos secretos del padre de Alicia Castro (Blanca Portillo).

Fue en ese momento, cuando Elías recordó de golpe que su sobrina, oculta en su coche, había manchado de sangre la tapicería con el fin de hacerle chantaje para que dejara de optar al rectorado frente a su padre, Ramón Saura (Nancho Novo). Y que la joven se convirtió en testigo accidental del asesinato de Ezequiel Cortés (Josep Julien), un tipo que le hacía chantaje. Ese fue el motivo por el que Elías golpeó en la cabeza y encerró a la chica, mientras pensaba en qué hacer… y entonces se estrelló con el coche y perdió temporalmente la memoria.

Qué es lo que quedaba en el aire: fundamentalmente, cuatro temas: qué decidiría finalmente Ana Saura, que al final del episodio 15 grabó en vídeo su testimonio para entregar a la policía en el caso de que le sucediera algo; quién apuñaló a Alicia Castro; qué pasa con Ricardo Heredia (Antonio Dechent), aún en comisaría y pendiente de su socio, Juan Elías; y, en cuarto lugar, cómo se resuelve el triángulo amoroso entre Elías, Alicia y la joven abogada Eva Durán (Aida Folch), el personaje más inocente de la trama.

En una cita con Juan Elías sirve de prólogo: Ana amenaza a su tío con la grabación, a lo que este, que ha planteado a la chica ser laestrella de su bufete, le responde que es mejor afrontar lo que les ha pasado en una relación familiar sincera y fluida. Y aconseja a la joven que no esconda los sentimientos que su encierro le provoca, incluidos la rabia y el deseo de venganza, sino que los canalize en su retorcida oferta laboral.

Santi Mur le echa en cara a Ana Saura que se haya olvidado de su hermana.

Así se soluciona el primer tema: justo al acabar el funeral de su padre,Ana Saura explica a la nube de periodistas que espera junto al cementerio que Juan Elías no ha tenido nada que ver con su secuestro, sino un empresario relacionado con Héctor Castro (Álvaro de Luna).

Incapaces de aceptar esta postura de la chica, tanto el inspector Barros (Pere Arquillué) como Giralt (Pepón Nieto) orquestan un careo de la joven con Castro, a quien trasladan de prisión hasta los juzgados. La situación se tensa para Ana Saura, pero la presencia de Alicia Castro ayuda: es capaz de presionar a su padre y lograr que el anciano recluso acepte confesar que fue quien encargó el secuestro, negociando con las posibles visitas de sus nietos a la cárcel.

Para inculpar a Santi Mur, Elías fabrica una prueba inculpatoria contra el joven bloguero

El segundo tema: solucionado el anterior, Juan Elías sigue siendo sospechoso para todos de haber acuchillado a su esposa, quien no termina de tenerlas todas consigo, pese a la confesión de César Mur (Manel Barceló), el padre de Santi Mur (Marcel Borràs). Y para solucionarlo, el abogado, que sabe quién apuñaló a Alicia, fabrica una prueba incriminatoria para el joven bloguero: mancha una camiseta del chico con sangre de su mujer, que extrajo en el hospital.

Pero cuando su mujer y su hijo Pol (Àlex Monner) le preguntan por ello, la jueza decide averiguar en persona si Santi fue quien la agredió. Acude a comisaría y fuerza a su antiguo amante, Barros (Arquillué), a que le permita un careo extraoficial con Santi, que acaba por confesar y a punto está de estrangular a Alicia. La escena, con una Blanca Portillo sensacional y un Borràs a la altura, recuerda en parte la de Nicole Kidman y Joe Cole en ‘El secreto de una obsesión’, pero la superan de largo.

El inspector Barros le rompe la cara a Heredia cuando el socio de Elías quema una foro que el incriminaba

El tercer tema pendiente esqué pasa con Heredia(Dechent), el socio de Elías, aún encarcelado y a quien Barros intenta convencer de que traicione a su amigo a cambio de inmunidad. Pero este viejo zorro, que se huele el triunfo de su amigo, quema la foto inculpatoria que guardaba, El policía, indignado, entra en la celda y le parte la cara a puñetazos.

Y el cuarto tema: ¿qué pasa con Eva Durán (Folch)? Un destello ilumina a la joven, que cree saber cuál es el único eslabón suelto, una prueba contra Elías (Garrrido). La joven toma su coche y llega al huerto de este último, que la sigue de cerca.

Eva Durán ha descubierto el chándal de Juan Elías en su huerto.

Allí, un espantapájaros (mitad paja, mitad hombre de hojalata, como el de Oz) viste una chándal que, más incriminar a su antiguo amante, podría destruir la relación entre este y Alicia. Algo que Juan Elías no está dispuesto a permitir. Así, aunque siente aún cierto cariño por la chica, no puede dejar que le denuncie. Un cielo plomizo, que amenaza tormenta, es testigo de la muerte del personaje más inocente o el menos malvado.

Así, la muerte de la joven abogada en un supuesto accidente de tráfico coincide con la presentación de Ana Saura como flamante miembro del Bufete Elías-Heredia. Bella, elegante y sonriente, la abogada brilla entre Elías y la otra nueva socia del despacho, la antigua fiscal Marta Hess (Eva Santolaria).

Poco después, Marc Castro (Martiño Rivas), que aún no tiene claro que su hermanastra ha aceptado el juego de Elías, pretende vengarse en la persona de su prima Julieta (Noa Fontanals), pero cuando pretende dejarla encerrada en el sótano de Villa Castro, aparece su tía Alicia, y le pone en su sitio: “como toques a mi familia, sufrirás mucho”.

Una última conversación de Elías y Alicia en la playa pone las cosas claras entre ambos: se quieren a su estilo y deciden seguir unidos, pese a que el hombre confiesa que sabe que Julieta no es hija suya. Barros se lo soltó el día antes, y él miente a su mujer asegurando que lo sabía desde el nacimiento de la niña.

Una comida familiar, con una simbólica parrillada de carne, sitúa a todos los miembros de la familia sobre los cuadros del damero en que se ha convertido la ficción. Quizá la mejor serie de intriga española de los últimos años.