El próximo 12 de abril llega a las librerías el libro Meghan: A Hollywood Princess (Meghan: una princesa de Hollywood) escrito por Andrew Morton, el mismo biógrafo que en el 1992 publicó su libro sobre Lady Di, Diana: su verdadera historia, donde contaba detalles de su crisis matrimonial con Carlos de Inglaterra.

Y según su autor, Meghan Markle, la prometida del príncipe Enrique, se ha marcado como empeño personal seguir los pasos precisamente de la que hubiera sido su suegra si un accidente en el puente del Alma de París no habiera acabado con su vida. «La veía como un modelo a seguir y seguía de cerca sobre todo su labor humanitaria», afirma.

En el libro, del que se ha conocido unos extractos publicados por el Sunday Times, la prometida del príncipe Enrique es descrita como una mujer con determinación que desde que era una adolescente sentía admiración por la fallecida princesa de Gales. Y como una muestra de su empeño en agradar a la familia real, explica que Meghan tomó clases de té antes de asistir a su primera cita con la reina Isabel II. La pareja llevaba saliendo algo más de un año y necesitaba el visto bueno de la monarca antes de anunciar su compromiso de boda, que finalmente comunicaron el 27 de noviembre del año pasado. La actriz se enfrentaba, según Morton, a la audición más importante de su vida.

Por eso meses antes de ese encuentro con la reina, la exactriz visitó el Rose Tree Cottage, un salón de té a las afueras de Los Ángeles. Allí, escribe Morton, Meghan «aprendió a doblar el dedo mientras sostenía la taza y el platito de su earl grey». Meghan Markle contaría después, en el anuncio de su compromiso, que había tomado el té con la reina un par de veces más y que es «una mujer increíble». También que hasta a los famosos corgis les cayó simpática y se tumbaron a sus pies. Su boda con el príncipe Enrique se celebrará el sábado 19 de mayo en la capilla del castillo de Windsor.

DE FUERTE CARÁCTER / Según recoge Morton, que se ha entrevistado con numerosas personas del entorno de Meghan, una amiga de la infancia, Ninaki Priddy, afirma: «Meghan quiere ser una Diana 2. Siempre estuvo fascinada por la familia real británica».

En esta biografía no autorizada se decribe a Meghan como una mujer con un fuerte carácter, desde luego muy alejada de aquella tímida Diana Spencer que se casó con Carlos de Inglaterra con apenas 20 años. Y como ejemplo se describe que Meghan, después de estar dos años casada con el productor norteamericano Trevor Engelson, decidió poner fin a su primer matrimonio mandando por correo postal el anillo de bodas y el de compromiso.