El artista italiano Alexsandro Palombo ha retratado a la actriz Catherine Deneuve con la cara llena de hematomas, víctima de violencia machista. Esta caricatura es una respuesta al manifiesto que firmaron en enero un centenar de artistas e intelectuales, entre los que se encuentra la actriz francesa, para defender la «libertad de importunar» de los hombres y la consideraba «indispensable para la libertad sexual». La obra se titula Catherine Deneuve. ¿Viva la libertad de importunar?, y se emmarca en la campaña #BreakTheSilence del 2015, en la que el artista pretendía concienciar sobre las consecuencias de la violencia machista. Presentó los rostros retocados de estrellas como Madonna, Angelina Jolie, Kim Kardashian o Miley Cyrus llenos de moratones fruto de supuestos golpes.

Esta vez el artista ha decidido rescatar el motivo para traer de nuevo la problemática sobre la mesa, como respuesta al manifiesto contra el «puritanismo» de la campaña desatada a partir del caso de acoso sexual del productor Harvey Winstein.

Este documento desató una gran polémica y fue criticado por varios colectivos feministas, así como por la exministra francesa para los Derechos de las Mujeres, Laurence Rossignol, que llegó a calificarlo de «bofetada a todas las mujeres que denuncian la realidad de la depredación sexual». Ante la alud de críticas, Deneuve se vio forzada a pedir perdón a las víctimas de acoso por su apoyo a este manifiesto.

EXPOSICIÓN / Palombo ha publicado la foto en su Instagram, y se podrá ver en la exposición Cuerpos violados el próximo 28 de febrero en Nueva York, en la Anya and Andrew Shiva Gallery & President’s Gallery, una exhibición en la que se mostrará diferentes perspectivas del movimiento #MeToo surgido para denunciar los abusos machistas.

En la caricatura difundida por Palombo, Denueve tiene sangre en la nariz y el labio, y con ella el artista quiere provocar en el espectador una reflexión sobre el papel de la violencia machista en las sociedades actuales.

El artista italiano denuncia en su publicación la violencia contra las mujeres, que considera un «cáncer social que no conoce barreras ni estatus». Y que para combatirla se debe «usar la cultura como antídoto y educar a nuestros jóvenes sobre el respeto y la igualdad». Palombo considera que «para algunos hombres, la libertad de importunar puede significar tener permiso para molestar» y que esto puede darles a entender que tienen libertad «para acosar, algo que en muchas ocasiones lleva a la violencia física».