El mundo onírico y kitsch de los artistas Pierre et Gilles, famosos por sus retratos de primeras figuras del mundo de la moda y del espectáculo, se ha condensado en una exposición que celebra los 30 años de colaboración entre el fotógrafo (Pierre) y el pintor (Gilles). La muestra retrospectiva, en la que por primera vez se exhiben juntos todos sus autorretratos, puede verse hasta el 23 de septiembre en el Jeu de Paume de París. Forma también parte del programa del festival Photoespaña que, con motivo de su 10 aniversario, ha abierto una línea de colaboración con el Jeu de Paume, institución dirigida por la española Marta Gili.

Titulada double je (doble yo), la exposición propone un recorrido temático por la obra de Pierre et Gilles y por su personalísima iconografía colorista inspirada en las imágenes pop, la mitología, la religión, el erotismo o la estética oriental. Entre los 120 retratos --todos ellos piezas únicas realizadas en decorados reales y en las que, según los artistas, no intervienen imágenes por ordenador-- figuran músicos internacionales como Iggy Pop, Nina Hagen, Madonna, Kylie Minogue o Marilyn Manson. También grandes nombres de la escena francesa como Catherine Deneuve, Sylvie Vartan o Mireille Mathieu.

Pierre et Gilles ponen mucho sentido del humor e ironía en sus retratos. Madonna, por ejemplo, aparece como una geisha celestial y Deneuve, vestida de princesa blanca al estilo Sissí. Pero los fotógrafos favoritos del modisto Jean-Paul Gaultier --no en vano la iconografía marinera es una de sus principales fuentes de inspiración-- han querido que la muestra retrospectiva no se limitara al lado más people de su trabajo.

RETRATOS MITOLÓGICOS

Así, la exposición consagra buena parte a los retratos --realizados mayormente con modelos anónimos-- basados en la mitología antigua y en la historia religiosa (San Sebastián, San Agustín, Buda, diversas interpretaciones de la Virgen María). El aspecto más erótico y transgresor de la obra de Pierre et Gilles aparece a menudo en estos temas, aunque ellos mismos admiten que si esas imágenes pueden resultar ofensivas no hacen de ello una causa. "Cada país tiene sus tabús y el artista tiene unos límites que no debe traspasar, por lo que en los países donde algo puede resultar ofensivo lo evitamos", reconoce Pierre.

Los últimos autorretratos representan la figura del mandatario político, uno (Gilles) en uniforme militar y mirada vacía y el otro (Pierre) en actitud intelectual y mirada imperativa, muy familiar para los franceses. "Las acabamos coincidiendo con la investidura de Sarkozy", puntualizan, por si alguien no había establecido la relación.