El programa de variedades más célebre de la televisión estadounidense vivía una de sus peores épocas. Sus sketches habían perdido frescura. El formato estaba anticuado. El plantel de cómicos era flojo. Y, lo peor, 'Saturday Night Live' había perdido el contacto con la realidad política del país, su esencia, y ya no mordía. Pero todo cambió cuando a mediados de 2016, el candidato republicano Donald Trump empezó a postularse seriamente para la presidencia del país. La política se había vuelto una broma de mal gusto y la sátira la mejor manera de hacer política.

Alec Baldwin, en el mejor papel de su vida, se convertía cada sábado en el alter ego de Donald Trump. La imitación del actor -esa cara de babuino enfurruñado que apenas recuerda qué día es hoy- empezó a congregar a más y más espectadores ante el televisor. Eso sí, ni los guionistas del programa estaban preparados para lo que había de venir: Trump fue elegido finalmente Presidente de los Estados Unidos de América. Y ese fue el inicio del que, seguramente, ha sido la mejor temporada de la historia reciente de 'Saturday Night Live'. Que, por fortuna, la tenemos entera en el servicio bajo demanda de Movistar Series.

Recomiendo ver en bucle la presentación del sexto capítulo a cargo de Dave Chappelle (el primer anfitrión del programa tras la victoria de Trump). En él el humorista de Washington recurre una y otra vez a la realidad para hacer reír al público y despertar su conciencia. Son las primeras líneas de un posicionamiento político contestatario que el show desarrollaría durante 15 capítulos más para convertirse en la edición más vista (y polémica) de las últimas 22 temporadas. La última vez que alcanzó estos índices -con un pico de 10.8 millones de espectadores solo en EE.UU.- fue el año del escándalo O.J. Simpson. Otro episodio donde la realidad solo podía entenderse a través de su caricatura.

El programa de la oposición

La mejor prueba de que 'Saturday Night Live' se había convertido en el verdadero partido de la oposición, fue el seguimiento del propio Trump. La cuenta oficial de Twitter del Presidente, altavoz de sus delirios, echaba humo cada sábado. Ningún congresista, ni tampoco los periodistas más beligerantes, conseguían irritarle tanto como Alec Baldwin. Tras escribir que se trataba del peor programa de la televisión llegó a pedir la cancelación del mismo. Y, todo esto, no hacía más que aumentar el número de espectadores cada semana. La NBC se frotaba las manos y Baldwin, junto a Melissa McCarthy (y su imitación de Sean Spicer), lideraban el movimiento anti-Trump.

En la memoria de todos quedará para siempre el sketch en el que la Tierra es invadida por alienígenas asesinos. Baldwin-Trump se enorgullece de saber que los extraterrestres siempre han estado entre nosotros, camuflados bajo la apariencia de afroamericanos. Otro de los momentazos de la temporada es la caricatura que Scarlett Johansson hace de Ivanka Trump. En el falso spot del perfume 'Complicit', una suntuosa voz en off anuncia: "La mujer que es hermosa, poderosa pero cómplice (...) La mujer que puede detener todo esto, pero no lo hace".

'SNL' arrasa con 22 nominaciones a los EMMYS

La Academia de la Televisión estadounidense ha querido recompensar la labor de 'SNL' con 22 nominaciones a los Premios Emmy (y ya son 231 en toda su historia). Solo le iguala 'Westworld', el órdago de HBO. Además, la asamblea de votantes ha dejado fuera por primera vez el 'Tonight Show de Jimmy Fallon' (exmiembro del programa). La razón es muy sencilla. Fallon ha adoptado un perfil más moderado durante todo el año, más cercano al payaso que al crítico. Y con el clima de tensión interna que vive el país no se lo han perdonado.

Uno de los indicadores clave para entender la importancia de este fenómeno han sido los recientes sondeos GALLUP, que miden la confianza ciudadana sobre los medios de comunicación. Según los últimos resultados solo el 32% de la población estadounidense confía en la honestidad de los tabloides, el porcentaje más bajo desde la era Nixon-Kissinger, 45 años atrás. Contexto en el que se emitió el primer programa de 'Saturday Night Live', allá por 1975. Si antiguamente se decía que los malos tiempos son buenos para la poesía, ahora lo son para el humor. Seguramente el patrón más fiable de salud democrática.

Además de por su implicación con la política estadounidense, a 'Saturday Night Live' se le ha reconocido siempre por ser la cantera de cómicos más célebre del país. Billy Crystal, Chevy Chase, Julia Louis Dreyfuss, Bill Murray o Eddie Murphy son algunos de los nombres propios que han iniciado su carrera en los platós del número 30 del Rockefeller Plaza de Nueva York, conocido popularmente como el edificio '30 Rock'.