Se nota en Tom Ford el tirón que tiene para él la moda informal. El tejano, de 56 años, se plantó el martes en la pasarela masculina de Nueva York para demostrar que el próximo otoño puede ser brillante y vibrante. Y que no le asustan ni el color rosa ni el estampado de serpiente o de cebra. También ha significado su show la presentación de su nueva línea de ropa interior. Quien no pueda permitirse uno de sus prohibitivos trajes de 5.000 euros sabe que al menos puede llevar con un boxer de la marca. La colección se dividió en tres partes. Una dedicada a los looks para el día, que combinan chaquetas con jerséis de cuello alto, pantalones muy estrechos y trajes de rayas y tweed, algunos con influencia deportiva. También mostró su línea de gafas de gran tamaño en colores como el amarillo. Para las noches, los trajes más subidos de tono, con camisas con cuellos vueltos metalizados. Y por último, la línea de boxers de la marca, de seda o tejidos satinados.