El fotógrafo Oliviero Toscani (Milán, 1942), célebre por sus campañas para la firma Benetton en los años 80 y 90, no fue un buen padre, según su hija, Olivia Toscani Rucellai. Más bien lo contrario. «Lo considero un ser ajeno que tiene una enorme deuda humana y moral», ha dicho Olivia, según una carta publicada el lunes por la prensa italiana, en la que la mujer también lo acusó de maltratos psicológicos.

«Me fui de nuestra casa en Casale Marittimo (en la región de Toscana, centro de Italia), a raíz de los continuos maltratos psicológicos y los chantajes que constantemente él manifestaba con violencia y agresividad», contó la segunda de los seis hijos que Toscani tuvo con tres mujeres distintas. Las humillaciones eran «en contra de mí y de mi mamá, Agneta (Holst, de origen sueca), su primera esposa con la cual tuvo dos hijas», añadió.

Los maltratos, según Olivia, empezaron con la separación de sus padres. «Lo escuché blasfemar y maldecirnos, hasta llegar al límite inaudito de imprecar contra nuestras vidas y nosotras todavía (éramos) niñas, lamentablemente», agregó. Por ello, recuperar la relación «no será jamás posible, sin un profundo y sentido acto de amor y conversión», añadió.

Según explicó, la decisión de hacer pública su animadversión por su padre la tomó después de leer una entrevista —difundida en diciembre pasado—, que la enfureció por la actitud hipócrita del conocido fotógrafo. En la misma, preguntado por la relación con sus hijas, Toscani contestó que creía haber sido «un padre honesto». «Rechazo completamente las palabras de mi padre», le respondió ella

«Mis hijos apenas lo conocen y rechazan ese engaño», dijo Olivia. «Oliviero no ha sido capaz de crear una familia alargada unida y pacífica, como él dice», precisó. «Mis hijos no pueden ir a su casa y él nunca ha sido un verdadero abuelo», añadió. «En definitiva, alguien que no fue padre podría haber sido un buen abuelo. Pero ya es tarde», aseguró.

Pese a que se trate de la primera vez que Olivia explica las razones del enojo, no es la primera vez que la mujer manifiesta su descontento por el trato que recibió por parte del fotógrafo. Ya en el 2011, después de una campaña publicitaria hecha en el 2009 con su padre, Olivia —que entonces se estaba recuperando de un tumor—, había afirmado que Toscani «no sabe qué es sentir empatía». «Después de la campaña, no me volvió a llamar», explicaba la mujer, que de profesión es galerista. «¿Vive esperando que él la llame?», le preguntó entonces el entrevistador. «Ya no. Tengo tres hijos y un marido que me aman, soy una mujer madura, miro hacia adelante», respondió Olivia, al añadir que superó su trauma gracias a su familia y sesiones de psicoterapia. Aunque, añadió, ser su hija fue «difícil, dificilísimo».

Además de su trabajo con Benetton, Toscani ha sido el diseñador de campañas publicitarias para marcas como Esprit, Porsche, Toyota y Original Marines, entre muchas otras. De carácter provocador, ha basado su carrera en la denuncia a través de sus fotografías de problemática social de gran trascendencia en su momento—entre ellas, el SIDA y la anorexia—, algo que tuvo un enorme éxito para él y las compañías para las que trabajó.