Los efectos de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba no tardarán en sentirse en otro conflicto de larga data: el que involucra al Gobierno colombiano y las FARC. Roy Barreras, presidente de la Comisión de Paz del Congreso, afirmó que el acercamiento entre Washington y la isla tendrá un “impacto positivo” en el desarrollo de las conversaciones de paz que se llevan adelante nada menos que en La Habana porque Estados Unidos, con sus nuevos gestos, levanta esa especie de veto contra todos los aliados del castrismo.

Desde esa Habana conmocionada por las novedades políticas, las FARC ordenó un cese unilateral al fuego por tiempo indefinido a partir del 20 de diciembre y “en homenaje a todas las víctimas ocasionadas en razón del conflicto que buscamos superar”. El Gobierno colombiano se abstuvo de responder simétricamente. Pero el jefe de los negociadores, Humberto de la Calle, destacó los avances alcanzados en las negociaciones para ponerle fin a un conflicto armado tan duradero como el embargo comercial contra Cuba dispuesto por EE.UU y expresó su optimismo de cara al 2015: "el proceso debe entrar en la recta final, es lo que merecemos como sociedad y es la manera de responderles a las víctimas y a los millones de colombianos que han creído en este esfuerzo".

La guerrilla dijo que tomó la decisión de suspender sus operaciones “en consideración al trabajo que nos compromete cada día más con el espíritu trazado en la parte motiva de la agenda de La Habana”. Lo hace cuando se toca uno de los temas más espinosos de la agenda de paz: el de las víctimas de los enfrentamientos de medio siglo. El cese del fuego, consideró la insurgencia, debería “transformase en armisticio”.

Las FARC advirtieron no obstante que reanudaría las hostilidades contra objetivos del Estado colombiano en caso de constatar “que nuestras estructuras guerrilleras han sido objeto de ataques por parte de la fuerza pública”.

Las negociaciones en La Habana quedaron eclipsadas por los anuncios hechos en Cuba y EE.UU por Raúl Castro y Barack Obama. En ese contexto De la Calle recordó la importancia de resolver el actual punto de la agenda de negociaciones. "Lo fundamental es lograr la máxima satisfacción de los derechos de las víctimas (...) No se trata de cuánta justicia sacrificar para lograr la paz, sino de cómo lograr la paz con un máximo de justicia. Y esto seguirá siendo el motor que mueva las conversaciones".

RECHAZO DEL URIBISMO

El ex presidente Álvaro Uribe, enfrentado con el actual mandatario, Juan Manuel Santos, calificó el cese del fuego como otro “chantaje” de las FARC y afirmó que la guerrilla solo busca fortalecerse para volver a atacar. “Al leer el comunicado (de la guerrilla) es claro que el cese al fuego no es unilateral, forzosamente pretenden el cese bilateral y el armisticio de las Fuerzas Armadas”, considera el congresista del uribismo Santiago Valencia.

Por su parte, el copresidente de la Comisión de Paz del Congreso, Iván Cepeda, estimó que la decisión tomada por la guerrilla evidencia el buen rumbo de los diálogos de La Habana. “Yo creo que es un anuncio que ratifica que el proceso de paz está en una dirección muy seria”.

El anuncio de la guerrilla se conoce a su vez después de que el general Javier Flórez, quien lidera la subcomisión del fin del conflicto en el proceso de paz, entregara al presidente Santos un informe que tiene que ver con el “cese el fuego bilateral y definitivo y dejación de armas”.