“Prepararse para sobrevivir durante una emergencia y unaguerra: una forma alegre de abordar recomendaciones importantes”. Éste es el encabezamiento de un panfleto de 55 páginas publicado por el Ministerio de Defensa de Lituania donde se incluyen los más variados consejos en caso de una confrontación militar, desde cómo actuar durante una evacuación, a cómo desarrollar campañas de desobediencia civil.

Pero quizás el apartado más relevante de la publicación, tal y como indica su prólogo, se halle en las cuartillas finales. En estas planas se reproducen de forma gráfica todas las insignias de los cuerpos y grados que componen el pequeño Ejército lituano, una suerte de manual para que el lector distinga a los soldados locales de “oscuros hombres armados” que pudieran asemejárseles “de forma superficial”.

La cuestión, en opinión de dirigentes lituanos, no es baladí. Hace dos años, la anexión de Crimea por Rusia se materializó después de que individuos uniformados con armamento ruso aunque sin insignias -los célebres "hombres de verde" de los que hablaban las crónicas del momento- se hicieran con el control de los principalespuntos neurálgicos de la península. Más que una invasión en toda regla, lo que Lituania teme son precisamente escaramuzas de grupos reducidos de soldados venidos de Rusia, similares a las observadas en la guerra de Ucrania, con el objetivo de testear ladeterminación de defender a su aliado de parte de la OTAN, que está desplegando en el país un batallón multinacional de un millar de hombres.

“Es lo que se conoce como guerra híbrida, el escenario más plausible: pequeños grupos violando el territorio lituano desdeKaliningrado o desde Bielorrusia”, explica a EL PERIÓDICOGabrielius Landsbergis, líder de la oposición lituana de centro derecha. “Si se diera el caso, tenemos que reaccionar de forma rápida, aprehenderlos y devolverlos a territorio ruso”, continúa.

INCIDENTES EN AUMENTO

Los incidentes fronterizos, en aumento desde el arranque de la crisis ucraniana, se han multiplicado en el 2016. En octubre, elGobierno lituano protestó ante el embajador ruso tras un episodio en el que buques de guerra rusos exigieron cambiar su rumbo a barcos civiles lituanos que, según Vilnius, se hallaban en sus aguas.

También en otoño, "circularon rumores" de que soldados rusosprocedentes de Kaliningrado habían irrumpido "durante un corto espacio de tiempo" en la zona lituana del istmo de Curlandia, una lengua de arena que separa el mar Baltico de la laguna costera homónima, y cuya soberanía se reparten Moscú y Vilnius, explicaVaidas Saldziunas, periodista experto en temas militares. El Gobierno declinó entonces hacer comentarios sobre un grave incidente que, de haberse confirmado, podría haber obligado al Consejo Atlántico a invocar la claúsula de defensa mutua incluída en el artículo 5 del Tratado de Washington.

Lituania linda por el oeste con el enclave de Kaliningrado, bajo soberanía rusa, y por el este con Bielorrusia. Desde el punto de vista militar, Vilnius no considera a su vecino bielorruso como un “actor independiente”, apunta Saulius Gasiunas, director del Departamento de Cooperación Euroatlántica en el Ministerio de Defensa. “El país está completamente integrado en el sistema de las fuerzas armadas rusas; existe un centro de mando conjunto, realizan conjuntamente ejercicios, incluso en la rotación de los oficiales”, continúa Saulius.

La victoria de Donald Trump en las elecciones de EEUU, quien durante la campaña llegó a especular que no merecía la pena comprometerse con los estados bálticos, aumentó la inquietud en este pequeño país, de menos tres millones de habitantes. En su entrevista con este diario hace una semana, Gasiunas admitió que su Gobierno, en sus conversaciones con Washington, "aún no había recibido garantías de seguridad". Sin embargo, en los últimos días, Trump parece haber cambiado el tono. En una carta reciente dirigida a la presidenta Dalia Grybauskaité, el líder norteamericano ha alabado la gestión de la mandataria, en particular su apoyo a la integridad territorial de Ucrania, unas palabras que a buen seguro serán bienvenidas por Kiev y podrían constituir esa garantía que Vilnius esperaba.

Vilnius incrementa su gasto militar

Lituania refuerza sus capacidades militares, al tiempo que incrementa su gasto de defensa en relación con su PIB para cumplir con los requisitos de la Alianza Atlántica. El servicio militar ha sido reinstaurado; de momento afecta a 3.500 mozos, un cupo que es cubierto, en primera instancia, de forma voluntaria por jóvenes en edad militar, y después, caso de no alcanzarse dicha cifra, mediante un sorteo. El partido de Landsbergis presiona para que se instaure una mili integral. Por otra parte, Vilnius alcanzará en el 2018 el umbral del 2% del PIB dedicado a Defensa requerido por la alianza.