Los ataques aéreos con bombas de barril que lleva a cabo el Gobierno sirio contra la ciudad de Alepo obligan a los civiles a vivir bajo tierra, ha denunciado este martes Amnistía Internacional (AI).

En un informe titulado "La muerte está en todas partes", la organización detalla los crímenes de guerra y los abusos contra los derechos humanos que el Gobierno sirio y los grupos armados de la oposición ejecutan "a diario" en Alepo, la ciudad más poblada de Siria.

Los civiles, según el informe, se ven obligados a vivir bajo tierra por los continuos ataques aéreos con bombas de barril que el Gobierno sirio lanza sobre los barrios de Alepo en poder de la oposición.

El informe pone el foco en la destrucción y las muertes que han provocado dichos artefactos, tanques de combustible llenos de metralla que el Gobierno ha utilizado contra escuelas, hospitales, mezquitas y mercados abarrotados, según la organización. Prueba de ello fue la muerte de 10 personas, entre ellas cuatro niños y un profesor, en el bombadeo contra una escuela el pasado domingo.

Por ello, varios hospitales y escuelas han establecido una serie de refugios subterráneos para huir de la destrucción de estas bombas.

Según el informe, ese tipo de bombas mataron a más de 3.000 civiles el año pasado en Alepo, mientras que la cifra asciende a más de 11.000 personas en toda Siria desde 2012.

Por ello, Amnistía Internacional solicita a ambos bandos del conflicto sirio que pongan fin a los ataques deliberados contra la población civil y que dejen de emplear "armas explosivas poco precisas" como "las bombas de barril o los morteros".

ATAQUES CONSTANTES

El informe también denuncia "la inimaginables atrocidades" que sufren los civiles, ya que el uso de la tortura, la detención arbitraria y el secuestro es perpetrado por ambos bandos, y añade que la población de Alepo vive en "terribles condiciones" y lucha por conseguir alimentos, medicinas, agua o electricidad.

El director del Programa Regional para Oriente Medio y África del Norte de AI, Philip Luther, señaló que estos ataques "censurables y constantes" cuyo "punto de mira" es la población civil, constituyen "crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad".

"Al atacar de forma incesante y deliberada a la población civil, el Gobierno sirio parece haber adoptado una cruel política de castigo colectivo contra la población civil de Alepo", agregó Luther.