Será el rescate de inmigrantes más caro de la historia y tal vez el que ponga en marcha una reforma aceptable de la legislación de la UE sobre derecho al asilo político. Las 629 personas embarcadas en la nave Aquarius a las que Italia y Malta les han negado la acogida llegarán en procesión al puerto de Valencia el viernes o el sábado, según la bonanza del mar.

Dos naves militares italianas, una de la Guardia Costera y otra de la Armada, escoltan al buque Aquarius de la oenegé Sos Mediterranée, que desde hace tres días se encontraba parado por orden del ministro de Interior de Roma y líder de la xenófoboa Liga, Matteo Salvini, situado entre Malta y Sicilia, a la espera de «un puerto seguro».

«Será Valencia», confirmó Médicos Sin Fronteras a media mañana de ayer, tras recibir la orden del Ministerio de Transportes de Roma. Además de las tres tripulaciones de las tres embarcaciones, navegan con los 629 emigrantes, rescatados en la noche del pasado sábado frente a Libia, personal de socorro de la Orden de Malta, personal de Unicef (ONU) y los voluntarios de Sos Mediterranée y Médicos Sin Fronteras.

Ayer a media tarde, 500 de los 629 inmigrantes ya habían sido transbordados desde el Aquarius hacia las naves militares italianas, mientras crecía la polémica internacional por la actuación del nuevo Gobierno de Italia.

ESPAÑA Y FRANCIA

La ministra de Justicia española, Dolores Delgado, afirmó que asistir al Aquarius es cumplir con el derecho humanitario y con los convenios internacionales firmados, con lo que no descartó que «acaben existiendo responsabilidades penales internacionales» por la actuación italiana.

También el presidente francés, Emmanuel Macron, salió por primera vez de su mutismo en esta crisis para denunciar el «cinismo» del Ejecutivo italiano. Unas palabras que no tardaron en tener respuesta. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, acusó al Gobierno francés de ser «hipócrita, cínico y rígido. Italia no puede aceptar lecciones de hipocresía de países que siempre han preferido dar la espalda cuando han llegado inmigrantes», dijeron desde la oficina de Conte.

La respuesta tardía de Macron -24 horas después de que el Gobierno de Pedro Sánchez se ofreciera para acoger el barco- le ha valido también un aluvión de críticas, incluso entre miembros de su formación política. El primer ministro, Edouard Philippe, tuvo que emplearse en la sesión de control al Ejecutivo de la Asamblea Nacional para justificar su postura y anunció que Francia está abierta a colaborar con España en la acogida de algunos migrantes.

VALENCIA SE PREPARA

Mientras, Valencia acelera los preparativos para la acogida. Aún no se sabe dónde atracarán pero sí que una vez desembarcados serán conducidos en autobuses a la antigua base del Alinghi en la Marina del Puerto. Se trata de una instalación de 1.700 metros cuadrados que el equipo suizo se construyó para la defensa de la Copa América que realizó en Valencia hace más de una década. Como estaba en desuso ya se ha empezado a reacondicionar lo que en su día fue una lujosa instalación.

Se prepara una atención médica y humanitaria de urgencia. Por un lado para atender a los posibles enfermos y por otro para ofrecer ciertas atenciones mínimas a personas que llevan muchos días en condiciones muy duras. Un dispositivo de 70 personas de la Cruz Roja encabezará este dispositivo que contará con el refuerzo de personal de las diferentes administraciones y de algunas otras oenegés.

ESTATUS DE REFUGIADO

Se estima que en el Aquarius puede haber personas de cerca de veinte nacionalidades distintas, en su mayoría del África subsahariana a las que habrá que identificar y dar un estatus legal. Mónica Oltra, vicepresidenta del gobierno valenciano, explicó tras la reunión de la comisión mixta de acogida que la Delegación de Gobierno confirmó que recibirán en un primer momento el estatus de refugiado y de personas de acogida por la situación de «mergencia y de excepcionalidad» y más adelante se estudiará caso a caso.

Será el Ministerio del Interior el encargado de decidir a quiénes se les puede conceder el asilo político u otro tipo de protección subsidiaria. Lo que está descartado es el ingreso en centros de internamiento o las repatriaciones. No son personas que hayan intentado entrar ilegalmente en España, informa Juan Ruiz.

Una de las primeras cuestiones será la de los menores. Las informaciones apuntan a 123 menores no acompañados y otros 11 que sí lo están. El Gobierno les ha dado prioridad y la idea es que en la medida de lo posible se queden en Valencia y que el resto sean más adelante redistribuidos entre las comunidades autónomas y ciudades que se han ofrecido a acogerlos, bajo la premisa de mantener unidos los núcleos familiares.