Las autoridades saudíes liberaron a un australiano de origen iraquí condenado, por blasfemia, a un año de cárcel y a 500 latigazos, tras rebajarle la pena, informaron hoy fuentes oficiales australianas. Mansor Almaribe, un chií de 45 años, fue detenido el 14 de noviembre en la ciudad de Medina mientras realizaba la peregrinación anual a La Meca, el "haj".

El Ministerio australiano de Asuntos Exteriores indicó que las autoridades saudíes le han concedido un perdón y han rebajado a 75 el número de latigazos al condenado, quien sufre diabetes y problemas de corazón. "Su castigo corporal ha sido reducido considerablemente y administrado de manera que no cause daño físico", aseguró un portavoz de Exteriores.

Almaribe, aunque "muy cansado", ya viaja de camino a Melbourne, la capital del estado australiano de Victoria, donde reside, según su hijo, Isaam, y el abogado de la familia. En Arabia Saudí rige la estricta interpretación de la ley islámica o "sharía" del Wahabismo, una corriente ultraconservadora del islam suní.