Fuerzas leales a Bashar el Asad han entrado este martes en el cantón kurdosirio de Afrín, tras un pacto con las milicias de las YPG. Ambos grupos —rivales hasta ahora en la guerra de Siria— han decidido unirse ante "la invasión turca".

Hace un mes, Turquía empezó una operación militar aérea y terrestre para tomar este enclave, controlado hasta ahora por las milicias kurdosirias de las YPG. Ankara considera estas milicias, aliadas de EEUU, como terroristas por sus vínculos con la guerrilla kurdoturca del PKK.

Tras semanas de negociaciones, Asad y las YPG llegaron a este lunes a un pacto, cuyas condiciones no están claras: Damasco asegura que retomará el control de Afrín mientras que las YPG afirman lo contrario; que los soldados de Asad que entren servirán solo para controlar las fronteras.

Turquía, que ha dicho que no parará la ofensiva aunque Asad entre en la zona, ha bombardeado los convoyes de milicianos de Damasco mientras accedían a Afrín: Asad, de momento, no ha enviado soldados regulares.

«Parece que vayamos lentos, pero en los próximos días llegaremos a la ciudad de Afrín y la sitiaremos. Las YPG no tendrán cómo negociar con el régimen sirio», ha dicho el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, este martes. En un mes entero de operación, Turquía, que se ayuda en el Ejército Libre Sirio (ELS), solo ha conquistado el 15% del territorio del cantón.